El proveedor de electricidad francés EDF tuvo que reducir la producción de energía en tres plantas nucleares- Golfech, Tricastin y Saint-Alban- debido a las altas temperaturas alcanzadas por el agua de los ríos Ródano y Garona que se usan para la refrigeración industrial.
Cada una de ellas tiene sus propios límites regulatorios de temperatura de descarga de agua, la cual no debe excederse para no calentar en exceso las vías fluviales y proteger la flora y fauna circundante.
Sin embargo, ante el riesgo de cortes inusitados de electricidad, el organismo de control nuclear francés (la NSA, Nuclear Safety Authority) concedió algunas exenciones en materia de vertidos térmicos a la planta de Bugey.
"Se hizo uso de esta excepción los días 19 y 20 de julio debido a la superación del umbral de 26°C en el Ródano aguas abajo de los vertidos después de la mezcla", explicó el organismo a través de un comunicado.
Estas excepciones –concedidas hasta el 7 de agosto- aún prevén nuevos límites de temperatura que claramente corren el riesgo de alcanzarse en Golfech y Saint-Alban.
La situación ha llegado a tal punto que la propia primera ministra, Élisabeth Borne, informó que esta sequía es la peor que se haya registrado en el país y la situación podría persistir durante las próximas dos semanas o empeorar aún más.
Eso sin contar que más de la mitad de la flota nuclear francesa ya no está disponible debido al mantenimiento planificado pero también a problemas de corrosión en una serie de reactores.
Las reducciones de capacidad anunciadas amenazan con impulsar aún más los precios de la electricidad que ya alcanzaron niveles récord el martes.
