El pasado domingo un alto funcionario del Vaticano y asesor del papa Francisco, dijo que la Iglesia Católica debería «pensar seriamente» en permitir que los sacerdotes se casen.
«Esta es probablemente la primera vez que lo digo públicamente y sonará herético para algunas personas», dijo el arzobispo Charles Scicluna de Malta.
Recientemente el papa Francisco descartó la posibilidad de cambiar la regla católica que le exige el celibato a los sacerdotes. Sin embargo, como no es una doctrina formal de la iglesia, podría ser modificada por un futuro papa.
El arzobispo Scicluna, conocido por sus investigaciones sobre delitos de abusos sexuales, argumentó que los sacerdotes podían casarse en el primer milenio de la historia de la Iglesia y que también está permitido en el rito oriental de la Iglesia Católica.
«Si de mí dependiera, revisaría el requisito de que los sacerdotes tienen que ser célibes. La experiencia me ha demostrado que es algo en lo que tenemos que pensar seriamente», afirmó Scicluna.
Según el arzobispo de 64 años, hay lugar para el celibato en la iglesia pero también hay que tener en cuenta que los sacerdotes a veces se enamoran y algunos mantienen el hábito a la par de sus relaciones sentimentales en secreto.
«La iglesia ha perdido a buenos sacerdotes porque eligieron el matrimonio» afirmó Scicluna.
Este debate se mantiene en el seno de la iglesia desde hace siglos, pero la posibilidad ha sido rechazada a lo largo de los años por los distintos pontífices.
Es recordado el caso del padre Alberto Cutié, del programa «Hablando claro con el Padre Alberto» que concluyó su trabajo en la parroquia de San Francisco de Sales en Miami, tras la revelación de una fotos en la playa con su actual esposa, Ruhama Canelli.
«De joven pensé estar casado y tener hijos y la verdad es que a mí me toca lo de (querer) ser cura en la adolescencia», dijo Cutié a la revista People en Español, y aseguró que cuando vio a Canelli en su iglesia, en junio de 1998, se enamoró de ella.