El SARS-CoV-2 se habría “escapado” por error de un laboratorio en Wuhan, China, por “no contar con las medidas de control adecuadas para garantizar la bioseguridad y la gestión de riesgos adecuadas”: así lo denunció Andrew Huff, ex vicepresidente de EcoHealth Alliance, que trabajaba directamente con el Instituto de Virología de Wuhan, en varios proyectos relacionados con el Coronavirus, financiados por Estados Unidos.
En su libro “La verdad sobre Wuhan”, recoge información detallada de lo que hizo en la empresa en la que trabajó desde el 2014 hasta el 2016, como parte de la delegación de científicos de Estados Unidos.
Explicó Huff que durante más de una década, EcoHealth Alliance estudió el coronavirus en murciélagos, con fondos de los Institutos Nacionales de Salud y en el marco de estas investigaciones, se relacionó con el ente en Wuhan.
Esto vendría a reforzar teorías que hasta el momento no se basaban en ningún trabajador cercano al Instituto de Virología de Wuhan, pero que han circulado por todos los medios, e incluso se han reforzado con dichos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló en varios informes, que el coronavirus era producto de un “accidente catastrófico”.
Huff es mucho menos amable, y considera que fue consecuencia de “científicos codiciosos”, quienes “mataron a millones de personas en todo el mundo”, siendo incluso “encubiertos” por el gobierno de Estados Unidos.
El médico insistió en que “nadie debería sorprenderse de que los chinos mintieran sobre el brote de SARS-CoV-2 y luego hicieran todo lo posible para que pareciera que la enfermedad surgió naturalmente”.
Sin embargo, enfatizó en que su país tiene gran responsabilidad en el caso: “La parte impactante de todo esto es cómo el gobierno de los Estados Unidos nos mintió a todos” subrayó.
Un cultivo de coronavirus de muchos años
En el libro de Huff, el científico explica que en 2009, comenzó la alianza entre la empresa que representaba y el instituto de Virología de Wuhan, en un programa llamado “Predict”, dependiente de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) por sus siglas en inglés.
Predict se encargaba de “detectar y encontrar virus zoonóticos con potencial pandémico, incluidos los coronavirus”, con el fin de dar alertas tempranas, que era el principal objetivo del trabajo del equipo, incluyendo a la conocida como “Batwoman”, la viróloga china Shi Zhengli.
Zhengli es ampliamente conocida por sus trabajos y publicaciones, y actualmente es la directora del Instituto de Virología de Wuhan. Además, es la responsable de un informe en que aseguraba que no era cierto que el virus salió del ente y que el murciélago de herradura chino era el huésped natural de los coronavirus relacionados con el Sars.
Igualmente ha sido señalada por representantes de gobiernos de occidente, como la responsable de la supuesta fuga del virus del laboratorio local.
Para Huff la tragedia comenzó en 2014, año en el que revisó una propuesta de financiación, para mejorar todo lo relacionado con la creación de SARS-CoV-2, con la intención de controlar posibles pandemias futuras.
A juicio del médico fue en ese momento que comenzó lo que consideró una pesadilla, ya que el gobierno de EEUU empezó a compartir todos los adelantos tecnológicos, dándole -en su opinión- “biotecnología peligrosa a los chinos”.
“Estaba aterrorizado por lo que vi. Solo les estábamos entregando tecnología de armas biológicas” dijo el especialista norteamericano, en declaraciones a The Sun Online.
Huff está lejos de apoyar la teoría de su par china presidente del instituto en Wuhan, y considera que el murciélago de herradura no es el portador natural del virus, sino que se creó y fortaleció dentro del laboratorio, pero reconocerlo implicaría asumir que miles de personas podrían haber muerto por el descuido y la codicia humana.
“EcoHealth Alliance desarrolló el SARS-CoV-2 y fue responsable del desarrollo del agente SARS-CoV-2 durante mi empleo en la organización” insistió el ahora controversial científico, quien no descansa en dar argumentos sobre lo que hasta el momento eran “teorías de conspiración”.
Las motivaciones que movieron al proyecto también fueron desestimadas por el investigador, quien insiste en que el verdadero trasfondo no era prevenir pandemias, sino “más una recopilación de inteligencia que una investigación y desarrollo científicos” dijo.
Más responsabilidad de la esperada
Para Huff la responsabilidad de Estados Unidos es muy grande, ya que proporcionó toda la tecnología pero en su opinión no hizo la supervisión necesaria para que las cosas avanzaran de manera segura y coordinada.
“Se podría argumentar razonablemente que EcoHealth Alliance preparó a China para que fracasara” dijo.
Explicó que sus miedos fueron mucho más vívidos cuando, a finales de 2019 le ofrecieron un puesto en la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (Darpa), pero debía hacer pruebas de polígrafos regularmente, además de que pertenecía a un grupo de seguridad extrema. Ahora cree que querían callarlo en relación al Coronavirus.
"Si hubiera aceptado el puesto, entonces sospecho que Darpa me habría revelado información restringida, lo que en consecuencia me habría impedido hablar públicamente de esta información, como lo he hecho y lo estoy haciendo ahora" opinó el investigador.
Algunas personas creerán o no en las palabras de Huff, pero lo cierto es que actualmente EcoHealth Alliance debe enfrentar una demanda de su antiguo empleado por acoso y hostigamiento, que dice que no ha dejado de sufrir desde que comenzó a hablar.
Desde el inicio de la pandemia miles de teorías han surgido sobre el coronavirus, y junto con la Huff, otra que cobró gran fuerza fue la de Li-Meng Yan, la viróloga de Hong Kong que desertó a Estados Unidos en 2021, y aseguró que el virus fue creado en un laboratorio de Wuhan.
Sin embargo Huff sería la primera persona en incluir a EEUU como un gran responsable de la pandemia que cambió la manera de vivir, y que hoy sigue causando estragos, con múltiples mutaciones que reinciden en el mundo sin reparo, como alerta de que la historia aún no termina.