El pasado lunes, un equipo de investigadores británicos reveló una eficaz técnica para el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer la cual ya ha sido probada en más de 400 pacientes en Reino Unido, logrando detectar la patología en el 98% de los casos.
En este estudio, liderado por Eric Aboagye, investigador del Departamento de Cirugía y Cáncer del Imperial College de Londres, se ha desarrollado un método que utiliza datos de imágenes obtenidas con resonancias magnéticas para identificar las diferencias entre el cerebro de una persona con y sin la patología, “incluso antes de que ocurra una contracción evidente del cerebro”, alegan los investigadores.
Los neurólogos encargados de la técnica dividieron el cerebro en 115 regiones y asignaron 660 características diferentes, como el tamaño, la forma y la textura, para lograr la evaluación eficaz de cada región, luego entrenaron al algoritmo para que lograra identificar los cambios en esas 660 características que pudieran predecir la existencia de la patología.
Empleando datos de la Iniciativa de NeuroImagen de la Enfermedad de Alzheimer, el equipo probó su método con escáneres cerebrales de 420 pacientes en fase inicial, fase avanzada y con otras afecciones neurológicas. El nuevo descubrimiento de los científicos fue capaz de predecir eficientemente si el paciente tenía o no la enfermedad de Alzheimer en el 98% de los casos e incluso fue capaz de diferenciar la etapa temprana de la etapa avanzada en el 79% de los pacientes.
Actualmente, se emplean una serie de largas pruebas para diagnosticar la enfermedad, entre ellas están las pruebas cognitivas, de memoria y escáneres cerebrales. Todas estas pruebas pueden tomar varias semanas, tanto para organizarlas como para procesarlas. En cambio, el nuevo método sólo necesita una de ellas: una resonancia magnética del cerebro en una máquina de 1,5 Tesla, que suele encontrarse en la mayoría de los hospitales.
Aunque no tiene cura, obtener un diagnóstico precoz en una fase temprana no solo beneficiará a los pacientes sino que también ayudará a los investigadores a entender los cambios cerebrales que desencadenan la patología y así desarrollar nuevos tratamientos en el futuro.