El gigante tecnológico en ventas, Amazon, que emplea a aproximadamente 1.5 millones de personas en todo el mundo, planea despedir a 10.000 trabajadores a partir de esta semana, siendo este el mayor recorte en la historia de la compañía.
Un despido masivo que representaría el 3% de los empleados corporativos de Amazon y menos del 1% de su plantilla global. El ajuste de personal se produce en uno de los momentos más críticos de trabajo de la plataforma, con la temporada de regalos más cerca que nunca.
Además, llega en el momento en que su fundador, Jeff Bezos, anunciara que donará la mayor parte de su fortuna a obras de caridad durante las próximas décadas. Sin embargo, el magnate no firmó la ‘Promesa de donación’, una iniciativa lanzada en 2010 por el inversor Warren Buffet y el fundador de Microsoft, Bill Gates, la cual alienta a los millonarios a donar más de la mitad de sus ganancias a organizaciones caritativas.
Los recortes afectarán sobre todo a la división de dispositivos, encargada de productos como los altavoces Echo, los libros electrónicos Kindle o el asistente virtual Alexa. También habrá recortes en recursos humanos y en el equipo que se encarga de las tiendas físicas que el gigante del comercio electrónico comenzó a abrir en varias ciudades.
El anuncio quedó empañado por la cruda realidad que vive la compañía en los últimos meses, en los que ha perdido el 40% de su valor en bolsa. En 2021, Bezos dejó atrás el cargo de CEO de Amazon a Andy Jassy, quien hasta entonces fue el responsable de los movimientos de la plataforma, pero el fundador aún conserva un puesto importante en el consejo, por lo que sigue teniendo alguna influencia en las decisiones generales de la empresa.
Amazon se suma entonces a otras compañías tecnológicas que han despedido a sus empleados en las últimas semanas, como Meta, que despidió a 11.000 trabajadores, o Twitter, que, tras la compra por parte de Elon Musk, ha prescindido de la mitad de su plantilla, lo que respondería a unos 3.700 empleados.