Un proceso legal en Argentina que involucra a niños y niñas victimas de abuso sexual, integra a cachorros a fin de que le hagan compañía a los niños, y no sea tan traumática la experiencia.
Los caninos forman parte del equipo Ministerio Público Tutelar porteño en el departamento de asistencia jurídica que acompaña a los niños y adolescentes, que tienen que declarar en la sala de entrevistas especializada, más conocida como Cámara Gesell.
A este espacio acuden chicos que, en 80% de los casos relevados, fueron víctimas de abuso sexual y también de grooming, maltrato o lesiones, y que están allí porque tienen que revivir esa traumática experiencia mediante el relato.
Una de las perritas que forma parte de este proceso es Donna, una golden retriever juguetona que desde que tenía 60 días de vida comenzó a ser entrenada para trabajar con niños y adolescentes.
Fue educada por el mismo entrenador de Titán, el primero en ocupar ese puesto inédito, en 2019 junto a Brownie, un labradoodle que resultó ser una excelente compañero.
El trabajo de los perros de asistencia es decisivo en dos instancias: antes de entrar a la sala, y al terminar la entrevista.
Lo que suele ocurrir, de acuerdo con la experiencia en estos más de 1.000 casos en los que los perros de asistencia participaron del proceso, es que cuando los chicos llegan al lugar suelen estar estresados, con cuadros de ansiedad, angustiados, y cuando se encuentran con Titán, Brownie y Donna se da un intercambio de cariño que los ayuda a distenderse.
Resultados positivos
Hasta ahora los resultados del proceso han sido positivos, los niños y adolescentes se han sentido identificados con el acompañamiento de los cachorros
Los chicos pueden apretarlos fuerte, tirarles de la cola o pisarlos sin querer, y ellos nunca van a tener una reacción violenta.
Están adiestrados bajo el método cognitivo emocional, y al ser capaces de interpretar todas esas posibles conductas como parte de un juego, siempre responderán de la misma manera: buscando caricias y mimos, refiere La Nación.
De acuerdo con los reportes del equipo de psicólogos que realizan las entrevistas, la presencia de los perros ayuda a disminuir el estrés en los chicos y mejora la calidad del relato.
Sin embargo, los perros no suelen entrar a la sala, pero cuando termina la entrevista están esperando con la lengua afuera del otro lado de la puerta.
A diferencia de lo que ocurre con los procesos judiciales que involucran a menores en otros distritos a nivel nacional, en el Ministerio Público Tutelar porteño los chicos solo pueden ser llamados a declarar en Cámara Gesell por única vez, y las entrevistas duran un máximo de 45 minutos, de manera que el acompañamiento de los caninos es muy corto.