Las fuertes lluvias en Honduras han generado hasta este miércoles 300 personas desalojadas, según reporte de las autoridades. Además, las autoridades contabilizan el derrumbe de viviendas y afectaciones en las principales vías.
“La orden del día es asegurar la vida de las personas, porque es un peligro inminente el que hay aquí”, dijo el coronel César Canales, jefe de la tropa que trataba de convencer a las familias para que desalojaran sus viviendas en la zona de Guillén, municipio San Pedro.
Asimismo, explicó que hay familias que se niegan a desalojar sus viviendas a pesar de correr un riesgo inminente, razón por la que habrá que acudir a la fuerza para poder sacarlas.
Según los medios locales, la población se niega a desalojar ante la falta de recursos para adquirir una nueva vivienda.
El delegado de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) en esa zona de la capital, Roger Aguirre, informó que, aunque ya fueron desalojadas alrededor de 300 familias, aún queda alrededor de medio centenar de viviendas destruidas y que la operación sigue en curso.
Una de las zonas más afectadas es Guillén, catalogada como una zona crítica por la saturación del suelo.
Tegucigalpa, con más de un millón de habitantes, es otra de las zonas más vulnerables del país por la geografía accidentada, con elevaciones y laderas donde reside gente humilde, y escenario de recurrentes deslizamientos de lodo.
Más de una decena de personas han muerto en Honduras en lo que va del año a causa de las lluvias.
Sumado a esto, el huracán Kay tocó tierra en México y comenzó a moverse hacia el norte. El Servicio Meteorológico Nacional (SMS) advirtió que podrían caer hasta 18 centímetros de lluvias.
