Desde este viernes Australia se convirtió en el primer país en autorizar el uso del éxtasis y los hongos alucinógenos para tratar algunos trastornos mentales.
Esto implica que desde este sábado 1 de julio el éxtasis y la psilocibina podrán ser prescritos por los psiquiatras, para tratar el trastorno de estrés postraumático y algunos tipos de depresión, siempre y cuando sea necesario.
Este mecanismo ya se aplica en Canadá y Estados Unidos (EEUU), como uso médico de uno o ambos medicamentos, pero solo en ensayos clínicos o con permisos especiales, no de manera oficial.
El anuncio de este viernes en Australia llegó luego de que en febrero, el país legalizara estas sustancias, después de que la Administración de Productos Terapéuticos de la nación dijera que los ensayos habían encontrado que eran «relativamente seguras» cuando se usaban en un «ambiente controlado médicamente».
Los partidarios de la medida esperan que los medicamentos puedan proporcionar avances para los pacientes con problemas de salud mental cuando otros tratamientos han fallado y que además lo hagan de manera inmediata.
La psilocibina es un compuesto natural producido por más de 200 especies de hongos. Imágenes en pinturas rupestres prehistóricas sugieren que los humanos la usaron mucho antes de la historia registrada.
El MDMA, por su parte, fue sintetizado inicialmente en 1912 por la compañía farmacéutica alemana Merck como parte del trabajo para desarrollar sustancias que detuvieran el sangrado anormal.
Cuáles son las consecuencias
Mike Musker, un investigador experto en salud mental y prevención del suicidio de la Universidad South Australia, dijo que la MDMA (éxtasis) puede tratar el estrés postraumático y que la psilocibina puede aliviar la depresión.
El experto no cree que haya un uso generalizado de estas drogas para tratar pacientes hasta 2024 y afirmó que el proceso no va a ser «tomarse una pastilla e irse».
Pero Susan Rossell, neuropsicóloga cognitiva de la Universidad de Swinburne, en Australia, afirmó que aunque estos tratamientos «tienen un potencial», el país «se está adelantando cinco años a lo que debería».