Comer en un intervalo máximo de ocho horas al día, el ayuno intermitente más popular, está relacionado con un 91% más de riesgo de muerte cardiovascular.
El estudio fue realizado en Chicago a más de 20.000 adultos en EEUU con una edad media de 49 años.
El ayuno intermitente es la restricción que limita el tiempo de las comidas a un número específico de horas cada día que puede oscilar entre las 4 y las 12 horas en una jornada.
El ayuno intermitente más conocido es el 16:8, es decir ayunar por 16 horas, incluyendo cuando se duerme, y hacer una franja máxima de ocho horas diarias entre comidas.
Investigaciones anteriores habían revelado que comer con tiempo restringido mejora varias medidas de salud cardiometabólica, como la presión arterial, la glucosa y el colesterol.
«Restringir el tiempo de alimentación diario a un periodo corto, como ocho horas por día, ha ganado popularidad en los últimos años como una forma de perder peso y mejorar la salud del corazón», indicó Victor Wenze Zhong, de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai (China) y autor principal del estudio.
Sin embargo, el especialista señala que se desconocen los efectos a largo plazo de la alimentación con restricción de tiempo, incluido el riesgo de muerte por cualquier causa o enfermedad cardiovascular.
En este caso los investigadores analizaron la información sobre los patrones dietéticos de los participantes en encuestas anuales de salud y nutrición de EEUU, entre 2003 y 2018, y lo compararon con los datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades sobres personas fallecidas en ese país desde 2003 hasta 2019.
La principal conclusión es que las personas que seguían una alimentación restringida en el tiempo de 16:8 tenían un 91% más riesgo de morir por enfermedad cardiovascular.
En las personas con enfermedades cardiovasculares, comer durante al menos 10 horas por día se vinculó con un 66% más riesgo de morir por enfermedad cardíaca o accidente cardiovascular.
Además, comer en una ventana de más de 16 horas al día se asoció con un menor riesgo de mortalidad por cáncer entre las personas con esa enfermedad.
«Nos sorprendió descubrir que las personas que seguían un horario de alimentación de ocho horas y con un horario restringido tenían más probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares», indica Zhong.
El especialista señaló que aunque esa dieta ha sido popular por sus beneficios a corto plazo, no se asoció a una vida más larga.
Sin embargo, aunque el estudio identificó una asociación entre un período de alimentación de ocho horas y la muerte cardiovascular, esto no significa que comer con un tiempo restringido causara la muerte cardiovascular.