Este jueves el Banco Central Europeo (BCE) anunció la subida de 1,4% a 3,5% de las tasas de interés con el fin de combatir la inflación.
Es el octavo aumento desde julio del año pasado, para los países que forman parte de la eurozona.
El alza inflacionaria ha impactado en el precio de los alimentos, los servicios públicos y las próximas vacaciones veraniegas, pese a que la Reserva Federal estadounidense (FED) decidió poner freno a sus incrementos.
Este miércoles, la FED suspendió el aumento de su tasa de interés, a medida que evalúa el impacto de las altas tasas en el crecimiento económico y el empleo.
El objetivo de la subida de tipos es restringir el crédito en momentos en que el banco trata de bajar la inflación a 2%, del registro actual que se mantiene en 6,1%.
De acuerdo a las propias proyecciones BCE tomará meses controlar la inflación, pese a que ha disminuido con relación al registro del año pasado.
Los expertos aseguran que vendrá otro aumento de un cuarto de punto en la próxima reunión de la institución el próximo 27 de julio.
Esta tendencia, adoptada por varios bancos centrales del mundo, intenta combatir la inflación que mantiene agobiada a las personas y empresas por las facturas elevadas para los gastos básicos, como comida y alquiler.
