Otro clásico con mucho en juego se disputó entre Real Madrid y Barcelona para definir quien enfrentaría en la definición del torneo al Osasuna o al Athletic Club. El Barcelona ganó por 1-0 en el Santiago Bernabéu gracias a un gol en propia puerta de Éder Militao le y dió un golpe a su clásico rival.
En el primer minuto empezó la acción, Modric se escapó para recibir un gran pase, entró al área y no pudo definir bien ante la marca de Koundé, que evitó cometerle penal.
Seguidamente, el Real Madrid buscó rápido a Benzemá con un balón en largo de más de 40 metros, pero Koundé, atento, alcanzó a rechazar con la cabeza.
El Barcelona logró progresar en el minuto 20 con el balón al campo del Madrid ocasionalmente, pero todavía no había logrado precisión cuando se acercaba al área del conjunto local.
El primer gol del Barcelona, se logró tras el balón perdido por Camavinga, asistencia de Ferran Torres para Kessié que definió ante Courtois y en el rebote, Militao se llevó el balón por delante y anotó en propia puerta.
El inicio de la segunda mitad volvió a ponerle las pilas al Madrid, tarjeta amarilla a Gavi, pero las ocasiones claras tampoco llegaron. Mucho centro a la olla sin sentido ante una defensa azulgrana comandada por un imperial Araújo.
El Barca replegó cada vez más, pero supo salir con mucho peligro al contragolpe, tuvo incluso oportunidades en tiros como el de Kessié que sólo Ansu Fati pudo impedir, sin querer, que se convirtiese en el segundo gol.
Así siguió el partido, con el Madrid impotente y desesperado, y el Barça muy bien ordenado. Hasta que el pitazo final certificó la victoria blaugrana en un partido de muy poca calidad, impropio de un clásico.
