El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó este martes la declaración de emergencia en Misisipi y ordenó el envío de ayuda federal para los más de 150.000 vecinos de Jackson, la capital del estado, debido a la falta de agua potable ocasionada por las inundaciones que han azotado a la zona.
A través de un comunicado de la Casa Blanca, afirma que el presidente Biden autoriza al Departamento de Seguridad Nacional, Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), a coordinar todos los esfuerzos de socorro en casos de desastre que tengan el propósito de aliviar las dificultades y el sufrimiento causados por la emergencia en la población local.
En este sentido, la FEMA está autorizada a identificar, movilizar y proporcionar el equipo y los recursos necesarios para aliviar los impactos de la emergencia dotando hasta 75% de los fondos federales para cubrir los gastos causados por esta emergencia.
El documento resalta que las medidas de protección de emergencia se proporcionarán durante un período de 90 días.
Por su parte, el gobernador de Misisipi, el republicano Tate Reeves, indicó que se declaró el estado de emergencia en el estado por la escasez de agua potable por lo que los reservistas de la Guardia Nacional del Estado realizan una jornada de entrega masiva de agua embotellada.
El sistema de agua potable en la capital de Misisipi presenta un fuerte deterioro por la falta de mantenimiento en su infraestructura, situación que se complicó con la crecida del río Pearl, debido a las fuertes lluvias torrenciales que cayeron en el estado.
Estas precipitaciones causaron fallos en una de las dos plantas potabilizadoras de Jackson, que distribuye gran parte del agua potable a la ciudad. En este punto, Reeves señaló que está en conversaciones con varias empresas del sector para arreglar a la brevedad estas plantas.
Mientras tanto, los habitantes de esta ciudad no pueden usar agua del grifo ni para beber, ni para cocinar o lavarse los dientes.
