El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, comenzaron este lunes su primera reunión como jefes de Estado, en el marco de la cumbre del G20 en Bali, Indonesia.
Tras el encuentro, donde estrecharon las manos, Biden indicó a Xi que espera evitar un conflicto entre Washington y Beijing, y que “no hay sustituto” para las reuniones cara a cara.
Además, expresó su compromiso de “gestionar las diferencias para evitar que la competencia se convierta en conflicto”.
Dijo que quiere que el encuentro sirva para reparar los canales de comunicación, y fijar "salvaguardias" entre las dos mayores economías del mundo.
Por su parte, Xi le instó a “encontrar la dirección correcta” para las relaciones bilaterales entre ambas potencias. Igualmente enfatizó la confianza en que ambos países gestionen “de forma adecuada” su relación.
De igual manera, al inicio de la reunión se manifestó el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Mao Ning.
"Esperamos que Estados Unidos trabaje junto con China, manteniendo de manera apropiada las diferencias bajo control, promoviendo mutuamente una cooperación beneficiosa, y evitando malentendidos y errores de juicio, para impulsar las relaciones EE. UU.-China de vuelta al buen camino para un desarrollo estable y saludable" recalcó.
Este sería el primer encuentro que se da entre ambos mandatarios desde la llegada de Biden al poder en 2021, que tiene como objetivo reducir las tensiones que han llevado a la relación bilateral más importante del mundo, a uno de sus momentos más álgidos.
La Casa Blanca espera que la reunión dure unas dos horas, en las que Biden espera poder hablar con Xi sobre los derechos humanos en China, y las tensiones en torno al Mar de la China meridional y Taiwán, además lo referente a Corea del Norte, que ha aumentado el lanzamiento de misiles en los últimos meses.
La cita llega en un momento de tensión agravada por sus diferencias en cuanto a la guerra de Ucrania, la crisis del estrecho de Taiwán, y las restricciones impuestas por Washington a la exportación de equipos de producción de semiconductores a China.
Acuerdos
Poco tiempo después de iniciar la reunión Xi advirtió a Biden que Taiwán “es la primera línea roja” que Estados Unidos no debe cruzar.
“Taiwán forma parte de los intereses centrales de China, y son la base de las relaciones políticas entre China y Estados Unidos. Esta es la primera línea roja que no se debe cruzar. Cualquiera que busque separar a Taiwán de China estará violando los intereses fundamentales de China y el pueblo chino jamás lo permitirá. Esperamos ver paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán, pero la paz y la ‘independencia’ de Taiwán son irreconciliables”, aseveró según medios chinos.
Además, indicó que espera que Estados Unidos haga “honor a su promesa” de no apoyar una eventual independencia de la isla.
Por su parte Biden, dijo, en referencia a Taiwán, que Estados Unidos “se opone a cualquier cambio del status quo en la zona” y recordó que el mundo espera que se mantenga la paz y la estabilidad.
Asimismo, se comprometió a resolver los casos de aquellos ciudadanos estadounidenses que han sido detenidos, a su criterio, injustamente en suelo chino. El estadounidense admitió que Washington seguirá compitiendo con Pekín en materia comercial.
Ambos Presidentes han acordado impulsar la comunicación entre las partes a pesar de que Biden ha alertado nuevamente de la situación de los Derechos Humanos en zonas como Xinjiang, Hong Kong o el Tíbet.
En cuanto a las armas nucleares, reiteraron el compromiso con la no proliferación de armas de ese tipo y han destacado que “no debe producirse jamás una guerra nuclear”.
También anunciaron que el secretario de Estado del país norteamericano, Antony Blinken, viajará a China para dar continuidad a las conversaciones.