El problema del hambre no podrá resolverse con ayuda humanitaria sino que requiere invertir en nuevas tecnologías que permitan a esas regiones producir los alimentos que necesitan, aseguró este martes Bill Gates.
"El mundo debe ser generoso pero el objetivo no debe ser sólo dar más ayuda alimentaria sino asegurar, en primer lugar, que la ayuda no sea necesaria", señala en un ensayo que acompaña un informe sobre desarrollo elaborado por la Fundación Bill y Melinda Gates publicado hoy martes.
El multimillonario empresario destaca las posibilidades que ofrecen lo que llama "semillas mágicas": productos desarrollados con nuevas tecnologías que permiten el cultivo de plantas más resistentes y adaptadas a climas más cálidos y secos.
Como ejemplo, apunta al éxito de un proyecto que su fundación empezó a apoyar hace 14 años en África y que ha conseguido producir en Kenia un maíz que genera mucho más grano que las variedades clásicas o a nuevos tipos de arroz que se están impulsando en la India y que requieren menos tiempo para crecer.
También al desarrollo de modelos de inteligencia artificial que permitirían identificar los mejores cultivos para cada zona o predecir posibles plagas.
Gates recuerda que muchos países no producen aún suficientes alimentos y que el cambio climático está complicando las cosas aún más.
Cabe destacar que, según la ONU, en 2021 la cifra de personas con hambre se elevó hasta 828 millones, lo que representa un aumento de 150 millones desde la aparición de la Covid-19.
Unos 45 millones de infantes menores de cinco años sufren de desnutrición aguda muy grave y 149 millones padecen retraso en el crecimiento y en el desarrollo por culpa de tener una alimentación deficiente.
