Vera Page de Vankleek Hill, residente de Ontario, Canadá, fue de su casa de retiro a la tienda de comestibles y allí compró el ticket que resultaría ganador de 60 millones de dólares. ¡Su familia no le creyó cuando los llamó a contarles!
La mujer, de 83 años, recuerda que “casi no compra el boleto”, ya que el viaje semanal a la tienda había sido pospuesto por el personal de la casa de ancianos donde vive.
“Cuando reprogramaron el viaje me subí a mi scooter motorizado y fui a la tienda yo misma”, dijo.
Allí compró dos boletos: uno de Lotto Max (con el que se hizo millonaria) y otro de Lotto 6/49. Al llegar a casa, guardó los boletos debajo de la computadora hasta la fecha del sorteo.
Vera revisó su ticket después de escuchar los resultados, y le costó mucho convencerse a sí misma de la victoria, ¡pero más le costó convencer a sus amigos y familiares!
“Eran cerca de las 9:00 de la noche cuando llamé a mi hijo, Trevor, pero no contestó su teléfono. Entonces llamé a mi nuera, y ella tampoco contestó. Finalmente conseguí hablar con mi otra nuera, pero ella no me creyó y me dijo que me fuera a dormir”, se rió.
A la mañana siguiente, su hijo le devolvió la llamada y, al escuchar la noticia, corrió a su apartamento.
“Le dije que teníamos que ir a donde compré el boleto para validarlo. Cuando le di mi boleto al empleado, sonaron las campanas y los silbatos, y el empleado gritó que había ganado a lo grande”, comentó.
Page crió a su familia mientras trabajaba como empleada de apoyo personal. En 1983, cuando su hermana menor se enfermó y necesitaba un trasplante de riñón, descubrió que era compatible y no dudó en donar su riñón, lo que salvó la vida de su hermana.
Ahora planea gastar parte de las ganancias en un crucero por Alaska, un viaje a un clima más cálido y "un gran barco en el que muchas personas pueden dormir y recorrer el río Ottawa".