Boris Johnson anunció su renuncia como primer ministro del Reino Unido y como líder del Partido Conservador este jueves, tras la avalancha de dimisiones en su gabinete y los escándalos que ha protagonizado en los últimos tiempos.
“Nadie es indispensable en política”, expresó Johnson, quien recalcó que permanecerá como primer ministro hasta que los “tories” elijan su sucesor.
"Es clara la voluntad del partido conservador parlamentario que debe haber un nuevo líder de ese partido y, por lo tanto, un nuevo primer ministro", expresó Johnson desde la sede de la jefatura de Gobierno, en el 10 de Downing Street, en Londres.
Señaló que ya habló con Graham Brady, jefe del Comité Conservador de Miembros Privados, el llamado Comité 1922, organismo de la bancada conservadora que promovió la moción de censura en su contra. Ambos acordaron que el proceso de elección del nuevo “premier” debe comenzar de inmediato. El calendario del proceso se anunciará la próxima semana.
Previo a la dimisión de Johnson, habían renunciado 50 integrantes del Gobierno, incluídos cuatro ministros del gabinete., La mosca te cuenta los hechos más notables que motivaron este panorama.
Escándalos que llevaron a la renuncia.
Boris Johnson siempre estuvo en el centro de la polémica y fue acusado por irrespetar al parlamento; celebrar fiestas privadas durante el confinamiento por la pandemia de Covid 19 y por nombrar funcionarios con comportamientos apartados de las buenas costumbres.
El último escándalo fue provocado por las revelaciones según las cuales nombró a Chris Pincher en su Gobierno, pese a conocer las denuncias anteriores de su conducta sexual inapropiada.
Pincher, jefe adjunto de los conservadores, renunció la semana pasada luego de acusaciones de que manoseó a dos invitados en una cena privada mientras estaba bajo los efectos del alcohol.
Un mes antes, Johnson había sorteado una votación en la Cámara de los Comunes que pedía su destitución ante el llamado “partygate”, relacionado con la celebración de varias fiestas en la sede del Gobierno, en medio del primer y segundo confinamiento nacional por la pandemia de covid-19.
Las reuniones, incluida una por su cumpleaños, se realizaron cuando las normas sanitarias exigían el confinamiento de la población. Las imágenes de los eventos llegaron a los medios y pusieron en jaque la estabilidad del Gobierno.
Aunque el mandatario contó con 211 votos de respaldo y mantuvo el cargo, 148 parlamentarios conservadores expresaron su desconfianza, lo que representa más del 40 % del grupo.
Otra polémica en la que se vio involucrado ocurrió el año pasado, cuando intentó obligar a los parlamentarios conservadores a votar a favor de anular la suspensión de Owen Paterson, un influyente diputado conservador y exministro del gabinete, que enfrentaba una suspensión de 30 días luego de ser acusado de una violación "atroz" de las reglas de cabildeo.
Johnson se mostró violento ante los parlamentarios para defender a Paterson, quien finalmente renunció como diputado para solventar la crisis entre los poderes Legislativo y Ejecutivo.
El primer ministro también fue acusado de irrespetar los procedimientos legales cuando decidió pedirle a la reina que prorrogara o cerrara el Parlamento durante cinco semanas, en el punto álgido de una crisis política sobre el Brexit.
La monarca aprobó la solicitud de acuerdo con su deber de mantenerse al margen de la política y actuar solo siguiendo el consejo de los ministros. No obstante, la Corte Suprema falló que la prórroga era ilegal y planteó la interrogante de si Isabel II había violado la ley. Johnson tuvo que disculparse por haber avergonzado a la reina, según los medios británicos.
El siempre polémico Johnson también estuvo en el ojo del huracán cuando remodeló su departamento. Enfrentó una acusación de corrupción por solicitar fondos a un donante del Partido Conservador por alrededor de 280.000 dólares, según medios de comunicación británicos. Las donaciones y los préstamos políticos están estrictamente controlados en el Reino Unido. Johnson no informó sobre las donaciones y, como resultado, la Comisión Electoral multó al Partido Conservador con £17.800 en diciembre del año pasado.
