Tras la fiesta electoral celebrada este domingo en Brasil, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, se medirán nuevamente en las urnas este 30 de octubre, en una segunda jornada en la que el líder del Partido de los Trabajadores (PT), se alzó con una ajustada victoria contra el máximo representante del Partido Liberal (PL).
Tras conocerse los resultados del Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE), el expresidente Lula da Silva informó desde su centro de campaña, que todos los brasileños lo acompañarán en conseguir la victoria a finales de este mes.
“No siempre es posible ganar en primera vuelta, pero nada sucede por casualidad”, dijo el candidato de 76 años. “Hace cuatro años me habían expulsado de la política. Para desgracia de algunos, todavía tengo treinta días más de campaña”, agregó Lula.
El líder del PT destacó que tendrá la oportunidad de tener un debate cara a cara con el presidente Bolsonaro, para saber “si él va a continuar contando mentiras o si va por lo menos una vez en la vida a decirle la verdad al pueblo brasileño".
En este sentido, Lula aseguró que la nueva campaña inició este mismo domingo: “tendremos que viajar más para convencer a la sociedad brasileña de nuestras propuestas. La lucha continúa hasta la victoria final”, declaró.
Lo que dijo Bolsonaro
Por su parte, el actual jefe de Estado, Jair Bolsonaro, reconoció desde la ciudad de Río de Janeiro, que la ventaja parcial de Lula demuestra que existe una “voluntad de cambio”, pero ciertos cambios pueden ser para peor, y citó como ejemplo lo que ha su juicio ha pasado en Argentina, Venezuela y Colombia, países en los que la derecha fue desplazada por líderes progresistas.
Bolsonaro destacó que, de llegar el candidato del Partido de los Trabajadores al poder, “los brasileños no ganarán nada y, por el contrario, tendrán mucho que perder. Si gana resignarán la libertad religiosa y el respeto por la familia y los valores tradicionales”.
El jefe de Estado también criticó las recientes encuestas realizadas que daban ganador en la primera vuelta a Lula. "Vencimos a la mentira de Datafolha, que daba un 51% a un treinta y tantos", subrayó.
El candidato del Partido Liberal atribuyó para de su derrota a la creciente inflación en el país carioca, aunque señaló que su gobierno "no ha dejado de atender a los más pobres", en alusión a los subsidios aprobados en los últimos meses.
Analistas políticos prevén que, en esta segunda vuelta electoral, Bolsonaro podría remontar la desventaja respecto a su rival, Lula da Silva, sin embargo la polarización hace suponer que el ex presidente tiene amplias posibilidades de ganar el 30 de octubre.
Este resultado electoral mantendrá una tensión en la mayor economía de Latinoamérica, en la democracia y las relaciones de Brasil con sus socios estratégicos en el mundo, ya que el nuevo presidente debe responder a la creciente demanda del gasto social y de atraer inversiones extranjeras, además de la radicalización en la política.
