La desigualdad en Brasil ha tocado niveles extremos pese a ser uno de los países más industrializados del mundo, que han logrado reducir la brecha en las últimas décadas, sacando a millones de personas de la pobreza.
Sin embargo, estos avances han sido lentos y Brasil sigue presente en las listas de los países más desiguales del planeta.
De acuerdo a las proyecciones, Brasil podría llegar a los niveles de igualdad de ingresos de Reino Unido en 75 años, siempre y cuando mantenga el ritmo actual de reducción de la desigualdad analizado desde 1988.
Si lo cotejamos con países como España o Uruguay, Brasil estaría a 60 y 35 años, respectivamente.
En la practica, una persona que cobra un salario mínimo tendría que trabajar 19 años para ganar lo que recibe un brasileño del grupo 0,1% más rico de la población.
Pese al escandaloso indicador, Brasil ha sacado a 28 millones de personas de la pobreza en los últimos 15 años, y han logrado reducir la pobreza a menos del 10% de la población. Sin embargo, los ricos siguen siendo los más favorecidos.
Entre 2001 y 2012 los 10% más ricos, acapararon el 61% del crecimiento económico.
De acuerdo a las proyecciones, las mujeres podrán tener equiparación salarial con los hombres en 2047, pero lo más alarmante, es que para el año 2089 los negros ganarán lo mismo que los blancos.
Por otra parte, seis brasileños concentran la misma riqueza que toda la mitad más pobre de la población, es decir, más de 100 millones de personas. Además el 5% más rico, tiene los mismos ingresos que el restante 95% juntos.
Si los seis billonarios brasileños juntos gastan US $320.000 diarios, les llevaría 36 años gastarse todo su patrimonio, mientras que 16 millones de brasileños viven por debajo de la línea de la pobreza.
Pese a los grandes avances en la reducción de la desigualdad, Brasil aún enfrenta una brecha enorme entre los más ricos y el resto de la población.
El índice Gini, que mide la desigualdad, disminuyó a 0,518 tras quedar en el 0,544 un año antes en una escala en la que cero es la igualdad máxima y uno es la desigualdad absoluta.
Sin embargo, la desigualdad podría revertir el progreso que ha tenido el país para acabar con la pobreza. De acuerdo a las estimaciones del Banco Mundial, 3,6 millones de personas en Brasil podrían volver a la pobreza.