Según cálculos de la ONG Oxfam Intermón, es probable que una persona muera cada 28 segundos de hambre en Etiopía, Kenia, Somalia y Sudán del Sur. La crisis alimentaria que sufre el este de África está a punto de alcanzar su punto más crítico.
Cabe destacar que la sequía provocada por el cambio climático -agravada por los conflictos y los altos precios de los alimentos- ha dejado a 40 millones de personas en África Oriental en situación de hambre severa.
“Son casi dos tercios más que el año pasado, con 85.000 personas en Sudán del Sur y Somalia al borde de la hambruna, el estadio más grave de hambre, que incluye falta total de acceso a alimentos y el consiguiente riesgo de muerte”, explicó la ONG.
Hay que recordar que han sido aportado hasta ahora solo 23% de los fondos que la ONU considera necesarios para afrontar esta crisis.
Por tal razón, la ONG inició la campaña bajo el eslogan “El hambre tiene solución” con una recogida de firmas “para pedir al gobierno más fondos para ayuda humanitaria” por la crisis alimentaria que sufre el este de África
La ONG aprovecha la conmemoración hoy jueves del Día de África para llamar a la participación ciudadana en esta petición.
En Somalia, por ejemplo, 1,8 millones de niños y niñas sufren malnutrición, 477.000 de forma grave. El porcentaje de personas en situación de hambre extrema en ese país se eleva ya a 38,7% de la población y la sequía ha provocado el desplazamiento de 1,4 millones de personas y la muerte de tres millones de cabezas de ganado.
Buena parte de Somalia, Kenia y Etiopía sufren grave sequía tras cinco temporadas de lluvia fallidas, mientras que Sudán del Sur padece la quinta temporada consecutiva de graves inundaciones.
“La gente está muriendo no porque el mundo carezca de alimentos o dinero, sino por el fracaso político y la injusticia”, denunció Lourdes Benavides, experta en clima y crisis alimentarias de Oxfam Intermón. “Cada día que pasa sin actuar supone más muertes inevitables” enfatizó.
Subrayó que los países ricos son los principales responsables del cambio climático y tienen una clara responsabilidad moral para apoyar a personas cuyas vidas están siendo destruidas por una crisis climática que no causaron.