Un nuevo estudio publicado en la revista American Academy of Neurology reveló que el cambio climático podría tener efectos agravantes en las enfermedades neurológicas.
Los investigadores de la Clínica Cleveland de Ohio analizaron 364 estudios cronológicos desde 1990 hasta 2022 y descubrieron que el aumento progresivo de la temperatura global del planeta aumentó considerablemente los riesgos de accidentes cerebrovasculares, demencia y esclerosis múltiple.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) los últimos seis años han sido los más cálidos registrados desde 1880.
El estudio señala que las afecciones no corresponden solo a enfermedades crónicas, sino que también se han vuelto más comunes las llamadas “dolencias leves” como los dolores de cabeza.
En las investigaciones hubo un precedente que sirvió de insumo: los veranos más largos y las temperaturas más altas suponen un mayor estrés para el corazón.
Ello se debe al esfuerzo que tiene que hacer el cuerpo por mantenerse fresco y bombear la sangre a todos los órganos. Si a esto le agregamos el agravante que el aire que se respira está contaminado y se filtra al torrente sanguíneo, supone un estrés al organismo que lo vulnerabiliza y le abre la entrada a nuevas patologías.
“El cambio climático plantea muchos retos a la humanidad, algunos de los cuales no están bien estudiados. Mientras presenciamos los efectos de un planeta que se calienta en la salud humana, es imperativo que los neurólogos se anticipen a cómo pueden cambiar las enfermedades neurológicas”, así lo destacó Andrew Dhawan, especialista de la Clínica Cleveland y autor principal del estudio.
La causa raya en la razón. La exposición a climas cálidos genera deshidratación en un cuerpo, que necesitará más agua para compensar la que se pierde por la transpiración y según la publicación, se encoge el cerebro, se aleja del cráneo y ejerce presión sobre los nervios que genera dolor.
Existe una certeza: las condiciones más cálidas sirven de caldo de cultivo para las enfermedades que afectan al sistema nervioso, como la meningitis, la encefalitis o la poliomielitis. Esto significa que nuevas poblaciones corren el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por animales e insectos.
De acuerdo a los datos del estudio una temperatura media más alta en el día anterior a acudir al hospital aumentó los dolores de cabeza en un 7,5%.
Según los críticos del estudio, es necesaria mayor evidencia para tejer conclusiones firmes y por ende, exhortan a investigar más sobre el colapso de los ecosistemas y la inseguridad alimentaria.
Una limitación planteada en la investigación fue que todos los estudios se realizaron en países ricos, lo que significa que los resultados no son aplicables a las más pobres, donde los efectos negativos del cambio climático se hacen sentir con mayor intensidad.