Este sábado fue coronado Carlos III como nuevo monarca del Reino Unido en una ceremonia fastuosa celebrada en la Abadía de Westminster.
La última vez que se llevó a cabo una ceremonia de coronación fue en 1953 cuando la Reina Isabel II tenía 27 años.
La ceremonia inició a las 11:00 (hora local) y culminó a las 13:00. Fue un gran evento que costó mas de 120 millones de dólares.
Desde la madrugada los campistas y simpatizantes de la realeza se reunieron en las cercanías del Palacio de Buckingham con banderas y ornamentos asociados a la monarquía.
El pronóstico del tiempo avizoraba lluvias y vientos ligeros, pero los cabalísticos recordaron que en la coronación de la Reina madre, también hubo lluvias intermitentes a lo largo del día.
En la otra cara de la moneda, los manifestantes antimonárquicos se reunieron en el centro de Londres para rechazar la coronación y exigir la abolición de la monarquía.
En horas de la mañana la Abadía de Westminster abrió sus puertas para recibir a los invitados internacionales que asistieron al solemne acto.
La primera dama de los Estados Unidos, Jill Biden, asistió en compañía de su nieta. El presidente de los EE.UU, Joe Biden, no asistió a la ceremonia debido a los precedentes, ya que ningún presidente estadounidense ha asistido a una coronación de un soberano británico.
El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula Da Silva, el primer mandatario francés, Emmanuel Macrón, los reyes Felipe VI y Letizia de España, fueron parte de las personalidades políticas que estuvieron presentes en la ceremonia.
La primera aparición de Carlos III y la reina Camila, fue cuando llegaron al palacio de Buckingham antes de la coronación. Ambos saludaron a la multitud desde el vehículo en el que viajaban.
La llamada «Procesión del Rey» inició con los monarcas a bordo de la famosa carroza de Estado del Jubileo de Diamante, por dos kilómetros desde el palacio de Buckingham hasta la abadía de Westminster.
Todos los ojos se centraron en la presencia del príncipe Harry, el duque de Sussex, que no llegó acompañado de su esposa, Meghan Markle, sino que fue acompañado de su prima, la princesa Beatriz.
Otro de los momentos más esperados fue el de la llegada de los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, en compañía de sus hijos George, Charlotte y Louis. Una familia que mostró tradición y glamour a pesar de las sospechas de infidelidad que recaen sobre Guillermo.
Finalmente Carlos y Camila hicieron su entrada a la histórica iglesia y niño se acercó al nuevo monarca y le dijo: «Majestad, como hijos del reino de Dios les damos la bienvenida en nombre del Rey de reyes» a lo que Carlos III respondió «En su nombre y a su ejemplo no vengo a ser servido sino a servir».
Posteriormente, Carlos III se juramentó con la mano en la Biblia: «Dios de compasión y misericordia, cuyo Hijo fue enviado no para ser servido sino para servir, dame la gracia de encontrar en tu servicio la perfecta libertad, y en esa libertad el conocimiento de tu verdad. Concédeme ser una bendición para todos tus hijos, de toda fe y creencia, para que juntos descubramos los caminos de la mansedumbre y seamos conducidos por las sendas de la paz; por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.
Previo a la coronación, el premier británico, Rishi Sunak, hizo lectura de la Epístola a los Colosenses, del Nuevo Testamento.
Acto seguido el arzobispo de Canterbury procedió a la coronación de Carlos con las siguientes palabras: «Rey de reyes y Señor de señores, bendice, te suplicamos, esta Corona, y santifica a tu siervo Carlos».
Arranca una nueva etapa para la monarquía británica cargada de desafíos que en los próximos días sumarán análisis y conjeturas. En esta jornada y por tres días, todo es clima de fiesta y conmemoración.