Aunque la economía turca se había desacelerado ya antes del terremoto (inflación creciente, desigualdad de ingresos y una crisis monetaria), los analistas consideran que esta catástrofe puede afectar negativamente las pretensiones del presidente Recep Tayyip Erdogan de presentarse a la reelección de mayo.
De hecho, las críticas a la preparación del país para el terremoto han ido en aumento. Hay que recordar que el devastador sismo sacudió Turquía el pasado 06 de febrero, y terminó con la vida de al menos 45.000 personas, dejó sin hogar a millones en casi una docena de ciudades, y causó daños inmediatos estimados en 34.000 millones de dólares, aproximadamente 4% de la producción económica anual del país, según el Banco Mundial.
«No recuerdo ningún desastre económico de este nivel en la historia de la República de Turquía», declaró Arda Tunca, economista de PolitikYol en Estambul a CNN.
Aun así, afirma que, aunque los daños físicos son colosales, el costo para el PIB del país no será tan pronunciado si se compara con el terremoto de Izmit en 1999, que asoló el corazón industrial del país y causó más de 17.000 muertos.
“El gobierno ya ha anunciado algunas medidas que, según los analistas, están diseñadas para apuntalar la popularidad de Erdogan, como un aumento cercano al 55% del salario mínimo, la jubilación anticipada y el abaratamiento de los préstamos para vivienda”, publicó la transnacional informativa CNN.
De hecho, muchos economistas afirman que la posición fiscal de Turquía es sólida y su déficit presupuestario -comparado con su producción económica- es menor que el de otros mercados emergentes como la India, China y Brasil.
«Turquía parte de una posición de relativa fortaleza fiscal», afirma Selva Bahar Baziki, de Bloomberg Economics. «Es probable que el gasto necesario para hacer frente al terremoto haga que el gobierno incumpla sus objetivos presupuestarios. Dado el elevado costo humanitario, éste sería el año para hacerlo».
No es un dato menor que el índice de aprobación del presidente era bajo incluso antes del terremoto. En una encuesta realizada en diciembre por la empresa turca de investigación MetroPOLL, 52,1% de los encuestados no aprobaba su gestión como presidente.
Con este panorama, una alianza de seis partidos de oposición en Turquía anunció hoy que Kemal Kilicdaroglu (de 74 años y líder del CHP, el partido de oposición más grande) será el candidato, sin embargo los verdaderos efectos políticos se verán después de los sufragios.