Este jueves la Tower Theatre en la Pequeña Habana se transformó en la casa de los recuerdos de la la guarachera del mundo, Celia Cruz, con motivo del aniversario 20 de su fallecimiento.
«Celia Cruz para siempre» es el nombre de la exposición que cuenta con objetos que pertenecieron a la cantante y muestra detalles de cómo era en escena y en su vida privada, así lo informó Omer Pardillo, que fungió como su representante y dirige actualmente la fundación que lleva su nombre.
En la exposición se exhiben algunos de los característicos atuendos de escenario de la cantante, sus «batas» rumberas de colores brillantes, sus enormes pelucas de tonos estridentes y sus zapatos de plataforma.
«Yo tuve el gusto de conocer a las dos Celias, la del escenario, la explosión de colores, de música, de una energía vibrante, de una amplia sonrisa, y la otra. Fuera del escenario no era tan folclórica. Era una mujer que hablaba un tono muy bajo, no le gustaban los escándalos, no le gustaba la bulla» afirmó Pardillo.
Según el representante de la salsera, podría definir a la cantante con tres palabras: humildad, carisma y lealtad. Además aclaró que el verdadero nombre de la intérprete de «La negra tiene tumbao» es Celia Caridad Cruz Alfonso.
Uno de los sueños de Pardillo es lograr establecer el museo permanente dedicado a la cantante, y el otro es poder llevar la exposición a Cuba para que «los cubanos de cinco generaciones la conozcan más detalladamente».
Sin embargo, señala que este sueño solo se cumplirá «cuando la democracia y la libertad hayan vuelto» a Cuba.
Celia Cruz nació el 21 de octubre de 1921 en La Habana, Cuba y falleció el 16 de julio de 2003 en EEUU víctima de cáncer. Permaneció en el exilio desde 1961 y nunca regresó a su país natal.
A lo largo de su carrera, Celia Cruz interpretó y popularizó internacionalmente ritmos tropicales de la isla como el son cubano, el son montuno, el guaguancó, la rumba, la guaracha y el bolero.
El año próximo «La Reina de la Salsa» recibirá otro homenaje de la Casa de la Moneda de Estados Unidos, con la circulación de la moneda correspondiente a un cuarto de dólar (quarter) con su imagen y la inscripción de su famoso grito: «Azúcar».
