Es la hora del almuerzo, y a pesar de que es uno de los pocos momentos para que una pareja joven se ponga al día mutuamente en su agenda, ambos permanecen en silencio comiendo con una mano y con la otra revisan su celular: se ríen solos de los memes de Instagram, responden correos electrónicos o simplemente verifican su whatsapp.
Esta podría ser la historia de cualquiera, no sólo basados en la experiencias personales, sino en los estudios como Estado Móvil 2022, que señala que en promedio una persona pasa 4,8 horas diarias en el celular.
El aparatito plano donde muchos tienen sus trabajos, relaciones, alarmas y fotografías, aunque es innegablemente útil, puede ser un problema, por lo que expertos insisten en escuchar las señales de alerta sobre una posible dependencia, para evitar que la luz de los teléfonos apague la llama del amor.
¿Adicción?
Contrario al cigarrillo, el alcohol y las drogas, aún el uso de los smartphones no ha sido calificado por los especialistas como “adicción”, sino como un “uso problemático”, como sugiere un trabajo publicado en el Journal of Behavioral Adicttions en 2018.
Sin embargo otro estudio de la Universidad de Baylor en Texas, señaló que el 46% de las personas en una relación, se sienten “ignorados” por el tiempo que dedica su pareja al celular, mientras que el 23% confirmó que tienen fuertes peleas a raíz de esto.
Los celulares han capitalizado las vidas de las personas, ya que se ha transformado en la herramienta de socialización, trabajo, gestión del tiempo a través de las alarmas, comunicación y entretenimiento todo en un solo aparato.
Además especialistas aseguran que disminuye el estrés con gratificaciones y respuestas inmediatas, que hacen del equipo un tema complejo de manejar. Para la psiquiatra y conferencista española, Mariam Rojas Estapé, el uso del celular sí es adictivo, contrario a lo que publica el Journal of Behavioral Adicttions.
“Hoy en día, las mismas redes sociales, más allá de todo lo positivo y necesario que tienen, también nos están volviendo adictos. Y ya sabemos, por conocimientos neurocientíficos, que trabajan en nuestra mente, generando la misma adicción que causa la cocaína” dijo la doctora en una conferencia publicada en Youtube.
Otro estudio como el de la Universidad de Alberta, en Canadá, publicado en la revista Media Psychology, sugiere que “las personas que tienden a ser usuarios intensos de tecnología o que ven a sus compañeros como usuarios intensos de tecnología, tienden a sentirse menos satisfechos y experimentan más conflictos en su tiempo libre de pareja, y se sienten peor acerca de su relación en general”.
Dependencias
Además de esa gratificación inmediata y adicción o no, lo cierto es que existen diferentes temas que están siendo estudiados en relación al uso excesivo de los teléfonos, como es el caso de FOMO (fear of missing out) o “el miedo a perderse algo mejor”.
Se refiere a un sentimiento de ansiedad exagerada, cuando una persona cree que no está informada si deja de lado el celular por un día, o incluso horas, situación terrible para las relaciones de pareja.
La nomofobia también está dentro de los efectos psicológicos que genera la dependencia al celular y se refiere a la ansiedad que genera la posibilidad de tener que apagar o desprenderse del dispositivo móvil por momentos.
Los expertos también están estudiando efectos como el Phubbing o “ningufoneo” que es ignorar a los demás mientras se usan los smartphones, especialmente evidenciado en personas que se abstraen completamente y no son capaces de enfocar su atención en otra cosa.
Para Rojas esto genera problemas serios, especialmente en los adolescentes y las parejas jóvenes, quienes no desarrollan resistencia a la frustración o el aburrimiento y recurren a los celulares, “como un alcohólico recurre al minibar cuando se siente vacío o aburrido”.
Soluciones
Entonces ¿Cómo saber si ya es demasiado?… Expertos aseguran que es sencillo, y se puede comenzar por medir cuánto tiempo se está conectado y en qué se ocupa ese tiempo.
Los fabricantes de los móviles han promovido aplicaciones para el llamado “bienestar digital”, donde se puede medir el tiempo que se usa el celular, y como se distribuye en las aplicaciones descargadas en el aparato.
Generalmente esto se puede conseguir en la parte de Ajuste de los Android, en un enunciado que usualmente se llama “bienestar digital y control parental”, donde además se puede estimar un tiempo máximo de uso, y activar alertas cuando se esté demasiado tiempo conectado.
A esta idea se apegan investigadores como la doctora Rojas Estapé, quien dice que ajustes sencillos pueden hacer la diferencia: “Quitar las notificaciones, y buscar lo que necesito cuando yo mismo las quiera buscar y no cuando el teléfono me ‘obligue'. Disminuir todo lo que podamos el uso de las redes sociales (máximo una hora al día)” enfatiza.
En casos más serios, señalan la necesidad de buscar ayuda profesional: “existen terapias de tipo cognitivo conductual que tienen como objetivo modificar las conductas de consumo problemático”, señala el sexólogo y psiquiatra Walter Ghedin, citado en un artículo publicado en el medio Infobae.
Todos coinciden en que lo importante es prestar atención a las señales de alerta, escuchar las causas de las peleas de la pareja para promover cambios, y entender que las pantallas las debe manejar el usuario, nunca al contrario.
