La madre de un niño de apenas siete años descubrió la enfermedad que padece gracias a la Inteligencia Artificial de ChatGPT.
Courtney ya había acudido a 17 médicos en busca de respuesta y estos no conseguían la razón de los dolores.
Tras varios meses de desesperación el chat arrojó que el niño podía padecer del síndrome de médula anclada.
Tiempo antes la madre de los niños compró un castillo inflable para sus dos hijos pequeños. Poco después, su hijo Alex, que entonces tenía cuatro años, empezó a sentir un fuerte dolor, refiere Telemundo.
Luego de unos días la niñera empezó a decirle que debía darle al niño Motrin (un antiinflamatorios).
Pero Alex empezó a masticar objetos, así que Courtney lo llevó al dentista. Eso la llevaría a emprender una búsqueda de tres años para encontrar la causa del creciente dolor del niño y otros síntomas que vinieron luego.
Frustrada, la madre creó una cuenta y compartió con la plataforma de inteligencia artificial todo lo que sabía sobre los síntomas de su hijo y toda la información que pudo recopilar de sus resonancias magnéticas.
«Vimos a muchos médicos. Y en un momento dado terminamos en emergencias, pero seguí presionando», dice. «Me pasaba la noche en la computadora… repasando todas estas cosas» resaltó.
Por eso, cuando ChatGPT arrojó que el niño podía padecer del síndrome de médula anclada, “tuvo mucho sentido”, recuerda la madre.
Muchos síntomas y doctores
Cuando Alex empezó a masticar cosas, sus padres se preguntaron si le estaban saliendo las muelas y le causaban dolor. También pensaron que tenía caries.
«Su dulce personalidad se estaba opacando por las rabietas que no tenía antes», recuerda Courtney.
El dentista «descartó todo», pero pensó que quizá Alex rechinaba los dientes y creyó que un ortodoncista especializado en obstrucción de las vías respiratorias podría ayudarle. Las obstrucciones de las vías respiratorias afectan al sueño de los niños y podrían explicar por qué Alex parecía tan agotado y malhumorado, pensó el dentista.
El ortodoncista descubrió que el paladar de Alex era demasiado pequeño para su boca y sus dientes, lo que le dificultaba la respiración nocturna. Le colocó un expansor y parecía que las cosas mejorarían.
«Todo mejoró durante un tiempo», dice Courtney. «Pensábamos que estábamos superando el problema».
Pero entonces se dio cuenta de que Alex había dejado de crecer, así que visitaron al pediatra, que pensaba que la pandemia estaba afectando negativamente su desarrollo. A principios de 2021, Courtney volvió a llevar a su hijo al médico.
El niño también estaba cansado con frecuencia, así que lo llevaron a un otorrinolaringólogo para ver si tenía problemas de sueño.
Qué es el síndorme
El síndrome de la médula anclada se produce cuando el tejido de la médula espinal forma uniones que limitan su movimiento haciendo que se estire de forma anormal, según explica la Asociación Estadounidense de Cirujanos Neurológicos.
En el síndrome de la médula anclada, «la médula espinal está pegada a algo. Puede ser un tumor en el canal espinal.
«Podría ser una protuberancia en una espiga de huesos. Podría ser que hay demasiada grasa al final de la médula espinal», explica la doctora Holly Gilmer, neurocirujana pediátrica del Michigan Head & Spine Institute, que atendió a Alex. «La anomalía no puede alargarse… y jala la médula».