Las autoridades sanitarias chinas confinaron a la provincia de Hebei en las afueras de Pekín para contener un brote de Covid-19 en vísperas del inicio del Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) en el que el líder Xi Jinping se jugará su reelección.
Los cuatro millones de habitantes de las ciudades de Chengde y Xinle se mantendrán confinados al menos por una semana, como parte de la estricta política Cero Covid-19, según el decreto que dictó la medida para contener el brote.
Además, los 13 millones de habitantes del municipio Tianjin, ubicado al norte de Pekín, tendrán que hacerse pruebas PCR luego que se detectaran más de 80 casos en tan solo dos días.
Estos confinamientos han sido una práctica reiterada del gigante asiático para contener la propagación del virus, de hecho, China es la única de las principales economías del mundo que mantiene la estrategia de confinamientos y cuarentenas estrictas.
En este caso, cobra mayor interés la contención de cualquier rebrote, precisamente por la cercanía del Congreso del PCCh, el encuentro político más importante de la nación asiática y cuyas decisiones tendrán resonancia nacional e internacional.
Medios oficiales anunciaron que el 16 de octubre iniciará el Congreso del PCCh -evento que se celebra cada cinco años-, que debería permitir al presidente Xi Jinping acceder a un tercer mandato consecutivo al frente del país, un hecho inédito en la historia política de China que consolidaría el liderazgo de Xi.
La política sanitaria de confinamiento ha sido una de las banderas del gobierno de Xi Jinping, pese a las críticas que se vertieron sobre su ejecución y el impacto que ha tenido en la economía, ha logrado contener los avances del virus en las regiones confinadas.
