A partir del miércoles 30 de agosto, los viajeros que ingresen a China ya no tendrán que presentar pruebas covid para demostrar que no están contagiados, así lo informó Wang Wenbin, un portavoz de la cancillería china.
De esta forma se elimina una de las últimas normativas de las rigurosas políticas «anticovid» que el país puso en práctica para volver gradualmente a la situación sanitaria de 2019.
Sin embargo, esta medida era de poco alcance ya que en los aeropuertos a veces no solicitaban presentar los resultados de antígenos.
En enero, las autoridades chinas habían eliminado la implementación de la cuarentena para los viajeros internacionales que visitaban el país, y en los últimos meses flexibilizaron la lista de países a los que los chinos pueden viajar.
Durante tres años, China aplicó una férrea política de contención del virus, llamada «cero covid» que implicaba el cierre total de la extensa frontera del país, la limitación de los visados para salir del país y la reducción de los permisos para los extranjeros que quisieran entrar al país.
Los visitantes internacionales debían cumplir una cuarentena de 14 días en un hotel asignado por las autoridades, que debía ser pagado por el viajero.
A finales de 2022 se generaron una serie de manifestaciones en varias ciudades del país, por las rigurosas medidas contra la pandemia, que supusieron un desafío para el gobierno chino por el hartazgo de la población.
Los continuos rebrotes que se registraron en China luego de las flexibilización de las restricciones, llevaron al colapso de los hospitales y morgues del país, por lo que aplicaron nuevamente las restricciones mientras se reducía el número de contagios.