China y Rusia acordaron este martes dar inicio a la construcción del gasoducto «Fuerza Siberia 2», el cual permitirá a Rusia evadir los efectos de las sanciones impuestas por Occidente, debido a los réditos económicos que generaría.
La decisión, se rubricó durante las reuniones que se dan en el marco de la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Rusia.
El acuerdo también tiene como objeto garantizar a China un suministro de 90 millones de metros cúbicos de gas para el 2030.
Este histórico acuerdo representa un nuevo e importante espaldarazo económico y diplomático para el presidente ruso, Vladimir Putin.
No es primera vez que Rusia y China firman acuerdos para el intercambio de gas. En mayo de 2014 sellaron un convenio valorado en 400.000 millones de dólares por el que la empresa rusa Gazprom suministró 38.000 millones cúbicos de gas a China hasta el 2018.
Luego, en el 2022, sumaron acuerdos en materia de petróleo y gas. Un convenio con valor estimado en 117.500 millones de dólares, que prometía aumentar las exportaciones rusas en un momento de tensión con los clientes europeos a causa de Ucrania.
La construcción del «Fuerza Siberia 2» ya había iniciado como proyecto a mediados del año pasado, cuando se acordó que los primeros flujos a través del gasoducto -que conectará la región del extremo oriente ruso con el noreste de China- debían comenzar a finales de 2023 o mediados del 2024.
La visita de Xi Jinping a Rusia, además de convenios comerciales, busca establecer un acuerdo de paz en Ucrania, acción que genera preocupación en los Estados Unidos, que lo considera una táctica dilatoria por parte de China y Rusia.