Los venezolanos Karen Guevara y Luis Albornoz, son los “padres” de la propuesta de diseño kawaii “Chocotoy”, que se fundamenta en la creación de tiernos personajes, que están impactando muy positivamente en Latinoamérica, y los ha llevado a trabajar junto a grandes marcas y artistas de talla mundial.
No solo su propuesta creativa es plausible, sino también el logro de crecimiento de estos jóvenes quienes, desde su modesto emprendimiento inicial, ahora llegan al mercado global con muy buen pie.
Sus personajes -que tienen una particular mezcla de creatividad, locura y colores expresivos- han sido exhibidos en Nueva York, México, Grecia, Portugal y en otras expo colaborativas.
¡Su discurso gráfico/emocional va entre un juguete infantil y un caramelo!
Los creadores aseguran que Chocotoy nació como resultado de un trabajo de grado, a principios de 2012, y posteriormente se convirtió en un emprendimiento.
“Para nosotros fue un gran crecimiento salir de Venezuela y residenciarnos en México. Aquí se nos abrió la oportunidad de pasar de un simple estudio de diseño gráfico que producía una marca, a convertirnos formalmente en una agencia”, explicó Luis Albornoz, quien define su trabajo como un espacio lleno de amor y color.
Sus creaciones han sido usadas por artistas como J Balvin y Bad Bunny. Además, en Hong-Kong Chocotoy estuvo en una instalación de ISQUARE, uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad.Actualmente Guevara y Albornoz se posicionan entre los artistas más reconocidos en el diseño de personajes 2D y 3D del globo, y recientemente han ofrecido su talento a la mundialmente conocida marca Adidas.
Es de destacar que su técnica de creación viene del arte Kawaii, tendencia de origen asiático que significa “adorable”, y se centra en el uso de colores pasteles, las formas redondeadas, y los trazos simples, similar a la propuesta de Hello Kitty, como mayor referente occidental.
La gatita de Sanrio, ha marcado muchos de los que hoy se consideran los pilares del estilo Kawaii y, al día de hoy, sigue siendo la licencia más vendida después de casi 45 años de su creación. Este tipo de arte despierta irremediablemente un sentimiento de ternura.
