Ravi, un joven de 24 años de Sri Lanka, viajó a Tailandia en busca de un trabajo en informática, pero fue engañado y vendido a un campo sombrío en Myanmar. Este fue el inicio de una pesadilla de 20 años, donde se convirtió en víctima de la trata de personas en un campo de esclavitud cibernética, según reveló una investigación de la BBC.
En estos campos, dirigidos por bandas criminales de habla china, las víctimas son forzadas a trabajar largas horas en estafas en línea, engañando a personas en Estados Unidos y Europa usando identidades falsas.
Las condiciones en estos campos son inhumanas. Ravi relató a la BBC cómo fue golpeado, torturado y testigo de violaciones mientras estuvo cautivo. La situación es especialmente preocupante debido a la creciente globalización del problema: Interpol informa que miles de hombres y mujeres de todo el mundo son atraídos a estos campos con falsas promesas de empleo.
A pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos por rescatar a sus ciudadanos, como India y China, la magnitud del problema sigue siendo alarmante. Además, las autoridades tailandesas luchan por contener el tráfico humano, aunque reconocen que se necesita una mayor cooperación internacional y educación pública para combatir estas bandas criminales.
El método de trabajo en estos campos es despiadado. Ravi y otros son obligados a manipular y engañar a personas vulnerables en línea, prometiendo altos retornos de inversión en plataformas falsas. Las víctimas, una vez que caen en la trampa, sufren pérdidas económicas devastadoras y traumas psicológicos profundos.
Fuente: BBC