Cinco comportamientos caninos que no significan lo que creías

En la literatura, la fábula es un texto corto del que se desprende una enseñanza y sus protagonistas son animales con actitudes humanas.

En oportunidades, los perros suelen mimetizarse inconscientemente a sus dueños y es por eso que pueden surgir interpretaciones erróneas asociadas a un comportamiento.

Aunque es muy probable que Cesar Millán, “El encantador de perros” con su hipnosis logre estimular algún tipo de conducta humana.

Lo cierto es que los perros, como todos los animales, tienen un lenguaje para comunicarse no sólo con sus pares, sino con sus dueños, y esa forma de comunicación dista mucho de parecerse al humano.

Sin embargo, lo que sí está comprobado, es que el carácter de los perros varía dependiendo la raza. Por ejemplo: un pastor alemán es un perro que está dispuesto, casi genéticamente, a controlar, sin embargo, una raza de caza como los Beagles, tiene mucha sensibilidad olfativa y  gestiona a través del movimiento.

Otro rasgo destacable, es que los caninos son capaces de detectar las emociones de su cuidador, ya que aprenden conductas nuevas por mecanismos de asociación o condicionamiento. Y de hecho, la ciencia lo comprobó.

El experimento del perro de Pavlov es uno de los más conocidos en la ciencia del comportamiento. Pavlov, demostró que puede condicionar respuestas entrenando a un ser vivo para que reaccione de forma automática ante un estímulo repetitivo.

En la práctica, si un perro ladra cuando están sirviendo la cena pidiendo comida, y sus cuidadores se la brindan, habrá aprendido que si ladra tiene una probabilidad alta de recibir comida.

Pero en algunos casos todas las reglas son arados en el mar y la única que tendrá valor será la observación de la conducta diaria.

Comportamientos caninos 

  1. Mover la cola

Existe la probabilidad que sea la señal universal de la alegría perruna, sin embargo está muy alejado de la realidad. El movimiento de la cola corresponde a una activación fisiológica del organismo. 

Aunque la cola rígida está asociada mayoritariamente a nerviosismo y tensión.

Es decir, puede mover la cola en picos de alegría, como también cuando está colmado de ansiedad y estrés.

  1. Bostezar

Este estímulo generalmente está asociado al sueño o la fatiga, sin embargo, en los canes no siempre sucede así. Varios estudios evidencian que el bostezo podría estar vinculado al estrés.

Por esa razón es que, si vemos al perro bostezando, pudiera ser un signo que hay una situación en el entorno que lo incomoda, incluyendo la de los cuidadores. Si además, el bostezo está acompañado de estornudos o relamidos, estaría confirmando una sensación de desagrado.

  1. La reverencia

Es la posición en la que el perro se agacha con las patas delanteras y mantiene las traseras firmes, y aunque en los humanos es una señal de respeto y reconocimiento que data desde la edad media, en los perros es muy distinto. 

Esta posición puede significar la preparación para perseguir cualquier cosa, animal o persona con la que quiera interactuar, también pueda interpretarse como una señal para mostrar posesión de un objeto, o incluso pudiera significar el pedido de algo de espacio.

Los expertos aseguran que la clave para la interpretación de estas posiciones es verificar qué conductas lo acompañan para encontrarle verdaderamente sentido.

  1. El perro hiper sociable

En muchas oportunidades los perros reaccionan de forma exageradamente amable con los extraños, haciendo juegos bruscos y haciéndose tocar, sin embargo, no siempre esto es signo de sociabilidad por parte del can.

En algunas oportunidades estas acciones son respuestas al miedo que está sintiendo el perro y que le dispara la adrenalina como mecanismo de defensa, transformándolo en un nervioso can amigable, cuando internamente está sufriendo una presión por no saber manejar sus emociones.

  1. La sonrisa canina

¿Quién no se derrite con la sonrisa de un perro? Pero ¿en verdad es una sonrisa? En los inagotables intentos por humanizar a los animales, asociamos reflejos naturales de los perros y los analogamos a gestos humanos y no es así. 

Lo cierto es que los perros no sonríen por más que arqueen su hocico. En realidad, este reflejo está asociado a una manifestación de calor por las temperaturas elevadas o por estar en un lugar en el que se sienta sofocado.

Por alguna extraña razón algunos perros suelen parecerse a sus cuidadores (Foto: Getty Images)

Debemos derribar el mito de que los perros se pueden humanizar por sus acciones asociadas al hombre. Está demostrado que la naturaleza se rige por sus propias leyes y debemos concientizar que cada especie tiene sus características asociadas directamente a la escala taxonómica.

Malinterpretar estas señales nos puede generar confusión y pudiéramos estar obviando necesidades que en un futuro serán un problema.

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