Este lunes durante una de las sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, la representación de Colombia pidió excluir a la hoja de coca de la lista de sustancias controladas.
Colombia considera que fue un «error» clasificar la hoja de coca como sustancia prohibida ya que atenta contra la tradición de los pueblos originarios de los andes.
“La planta no es el problema, es parte de nuestra historia y nuestras tradiciones” señaló la viceministra colombiana de Asuntos Multilaterales, Laura Gil.
En 2021 Colombia alcanzó un nivel récord de 204.000 hectáreas sembradas de hoja de coca.
La funcionaria colombiana destacó que el aumento de los cultivos ilícitos ha dejado un lastre de violencia, pese a que las cifras oficiales señalan que en los últimos 20 años se erradicaron más de un millón de hectáreas de cultivos ilícitos.
“Colombia está cansada de poner los muertos y cansada de perseguir a sus campesinos en esta guerra contra las drogas que fracasó”, aseguró Gil ente la Comisión.
La hoja de coca está estigmatizada por ser la materia prima de la cocaína, sin embargo tuvo y tiene un papel importante en las culturas prehispánicas andinas.
El cultivo es utilizado en infusión con fines digestivos, analgésicos, estimulantes, o para tratar el mal de montaña. Aunque también las hojas son utilizadas con fines religiosos.
El gobierno de Petro ha promovido una política que no persiga al campesino, sino que apunte directamente a las grandes mafias del narcotráfico y el lavado del dinero.
Actualmente en Colombia se gesta un intenso debate con respecto al uso de la hoja de coca, para evaluar la legalización de sus usos alternativos con fines medicinales, terapéuticos y científicos.
“Estamos sacando todas sus propiedades, estamos generando fuentes y recursos adicionales o alternativos a los productores de la hoja de coca. Si nosotros entendemos esto desde Bolivia, creemos que todos los países del mundo también lo pueden hacer”, sostuvo del Castillo.