Para poder regular los niveles de azucar en la sangre se debe comer de manera ordenada, así lo aseguró la doctora Odile Fernández en la revista Semana. La especialista refiere que el orden debe ser Fibra – Proteína y grasa – Almidón y de último el Azúcar.
Explica que hay un orden en el que se deben consumir los alimentos para reducir la curva de glucosa y evitar así unos picos altos, la profesional en la salud refiere que este orden es importante, ya que cuando se mastica la comida, esta pasa a través del esófago al estómago y allí inicia la digestión.
Dependiendo de qué tan rápido o lento pasen estos alimentos de un órgano a otro, es que se aumentará o disminuirá la glucemia.
¿Qué es la glucosa?
Mejor conocida como azúcar en la sangre, es un componente clave para que los diferentes mecanismos del cuerpo puedan funcionar de manera óptima.
Cuando los niveles de esta sustancia son estables, puede que una persona no lo nota.Pero cuando estos se reducen o aumentan, se desencadenan diferentes condiciones de salud.
Este carbohidrato, conocido como monosacárido, es el combustible que más utiliza el cuerpo para obtener energía.
De manera que el pan, las frutas y vegetales, además de productos lácteos y otros con grasas, proporcionan este componente al cuerpo. Pese a ello, es importante mantener un consumo apropiado de estos, pues el exceso en los mismos puede causar diabetes.
Es importante medir el azúcar en la sangre cada cierto tiempo, pues aunque no tenga una patología, los números podrían estar por debajo del mínimo y puede ser más grave en el futuro si no presta atención a estos, refiere Semana.
De acuerdo con la Clínica Mayo, es importante realizar esta medición para controlar el efecto de algunos medicamentos que pueda estar consumiendo, además de conocer cómo repercuten sus hábitos de alimentación y ejercicio.
El Instituto Nacional de Salud precisa que las personas con ciertas condiciones pueden presentar caídas en su concentración de glucosa en la sangre. Quienes tienen más de 65 años, tiene problemas de salud en el riñón, enfermedades cardiacas o deterioro cognitivo, son más propensos a sufrir de estas patologías.