Carlos III será coronado como nuevo rey de Inglaterra este sábado 6 de mayo, por lo que el Reino Unido se prepara para ver a su nuevo monarca en plena realización del juramento real, en el que se compromete a servir tanto a su país como a todas las naciones que completan el Commonwealth.
Si bien esta será una gran ceremonia, Carlos se mantiene fiel a sus creencias más ecológicas y menos extravagantes por lo que poco a poco ha relajado las costumbres que tanto caracterizan a la familia Windsor para adaptarlas a estos tiempos modernos.
A pesar que es costumbre que las coronaciones sean algo “sagrado” casi un secreto, Carlos está dispuesto a compartir un poco más con sus súbditos y hacerlos parte de este día tan especial, por lo que en tres jornadas, el público podrá celebrar en conjunto con la familia real todas las sorpresas que tienen planificadas.
El mismo día de la coronación, los súbditos podrán acercarse a la Abadía para acompañar a su monarca, y aunque no podrán ingresar al recinto una vez que Carlos sea proclamado rey, saldrá a darles el saludo oficial.
Seguidamente comenzarán los desfiles que guiarán hasta el palacio de Buckingham para que su nuevo soberano los congregue y arranquen las festividades, las cuales durarán hasta el 8 de mayo.
El sábado, el rey viajará por Londres con su uniforme militar en compañía de su esposa Camila quienes irán en la carroza real desde el palacio hasta la Abadía.
Los reyes serán regresados a palacio en una carroza especial que se construyó especialmente en 2012 para el Jubileo de Diamante de Isabel II.
Cuando Carlos ingrese a la Abadía será recibido por los asistentes y el Arzobispo quien cantará el himno de Inglaterra “Dios salve al rey”.
El rey hará el juramento real ante el Arzobispo quien estará junto al trono de coronación el cual ha formado parte de este tipo de celebraciones por los últimos 700 años.
Carlos deberá hacer un juramento obligatorio, único ritual que le exigen por ley, e implica comprometerse a reinar bajo la ley, ejercer la justicia con misericordia y a mantener la iglesia de Inglaterra.
Tras el juramento, Carlos será envuelto en una gran tela para ser ungido por el arzobispo quien le colocará un aceite sagrado en la cabeza, el pecho, y las manos. La receta de ese líquido es un secreto pero se sabe que contiene ámbar gris flores de naranja, rosas, jazmín y canela. El rey como amante de los animales pidió que en él no usaran ninguno de sus derivados.
Luego, recibirá sus atributos reales, como lo son la bata y un cinturón, entre las joyas se encuentra el orbe real, el cetro con la cruz que representan el poder temporal y el cetro con una paloma que lo consagra como cabeza de la Iglesia anglicana.
Automáticamente, el Arzobispo colocará la corona de San Eduardo en la cabeza de Carlos III erigiéndole rey.
