En la mayor ciudad portuaria de Corea del Sur, Busan, se construirá una ciudad flotante para mitigar los efectos del cambio climático que estaría lista antes de 2030.
Oceanix Busan es un prototipo de ciudad flotante que se adapta al nivel del mar para albergar a futuros refugiados climáticos.
El objetivo es que la ciudad se adapte a los niveles del mar, que han aumentado más de 20 centímetros desde 1880, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estados Unidos de Administración Oceánica y Atmosférica.
Se estima que dos de cada cinco personas en el mundo viven a menos de 100 kilómetros de la costa y el 90% de las megaciudades son vulnerables al aumento del nivel del mar, según el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat).
Lo cierto es que el futuro no parece optimista, ya que a partir de 2050 se podrían inundar las zonas costeras en las que viven aproximadamente 300 millones de personas. Con base a esa necesidad, fueron fundados los cimientos de este proyecto.
Esta ciudad, que se convertirá en un laboratorio flotante, ocupará una superficie de 60.000 metros cuadrados, el equivalente a seis campos de fútbol y tendrá tres módulos hexagonales.
En ella podrán habitar 900 personas, de las cuales 300 harán parte del proyecto piloto en el que compilarán datos para comprobar si la ciudad es habitable y sostenible.
Las autoridades locales medirán con rigor la energía que se consume, los residuos que se generan y la posibilidad de reciclarlos al 100%. Los creadores del proyecto aseguran que la ciudad podría ampliarse y albergar a más de 10.000 personas.
El sitio elegido para erigir la obra está a pocos kilómetros de la ciudad y está asentada en aguas relativamente profundas, además, el proyecto tendrá el acompañamiento de ONU-Habitat.
De acuerdo a los creadores, las tres plataformas flotantes estarán conectadas a la tierra con puentes que serán construidos con ‘biorock’, un material que es beneficioso para la restauración de los arrecifes coralinos y los ecosistemas marinos.
En el papel, todo parece de ensueño: energía de fuentes renovables, vehículos eléctricos, agricultura urbana y sistemas de filtrado y recolección de agua. Habrá zonas para la investigación, supermercados y «callejones íntimos» con vendedores de alimentos, artesanías y librerías.
Oceanix Busan será «un hogar para los residentes y un destino increíble para los visitantes que adoptan un estilo de vida sostenible», señala la compañía.
Aún se desconocen muchos detalles sobre el proyecto como el coste real, o el impacto real en el ecosistema marino. Aunque la etapa de planificación durará hasta finales de año.
Se valora también cómo construir la estructura, cuál será la hoja de ruta para obtener los permisos y la viabilidad económica. En el proyecto inicial el presupuesto estimado es de 600 millones de dólares.
La construcción estaría prevista entre 2025 y 2028 y fue seleccionada la ciudad de Busan, no sólo por sus condiciones geográficas, sino porque es una de las candidatas para celebrar la Expo mundial 2030.
Si resulta elegida, Corea del Sur prevé invertir 5.730 millones de dólares para construir Oceanix Busan, remodelar el Puerto Norte y acometer otras obras.
