Sin vestido de novia, ni caminata al altar, Carole Ann Boone se casó en 1980 con Ted Bundy, uno de los asesinos seriales más conocidos de Estados Unidos, mientras se estaba llevando adelante un juicio en su contra por homicidio.
El caso de Carole no es una excepción. Algunas personas sienten atracción sexual por otras que han cometido crímenes, violaciones, robos u otro hecho ilegal. Es lo que se llama hibristofilia y es usualmente practicada por mujeres heterosexuales, aunque con causas variadas.
La hibristofilia es un fenómeno extraño y minoritario, una preferencia sexual que se puede manifestar con distintos grados de intensidad.
El psicólogo y sexólogo, John Money, usó el término por primera vez en los años 50 del siglo pasado. Para Money, se trataba de una patología que afectaba, principalmente, a las mujeres heterosexuales, aunque no existen muchos estudios científicos ni cifras sobre cuántas personas tienen preferencias hibristófilas.
Por su parte, el profesor de Psicología de la Universidad de Nottingham Trent de Reino Unido, Mark Griffiths, consideró que se necesitan más investigaciones para entender esta preferencia. Hasta ahora, lo que se conoce de esta conducta está basada en "evidencias anecdóticas de entrevistas y libros populistas", señaló Griffiths.
Katherine Ramsland, psicóloga forense y autora de varios libros sobre criminales en serie, entrevistó a varias mujeres que se habían casado con asesinos en prisión e identificó tres motivaciones principales de su atracción.
Según Ramsland, las mujeres se enamoran de criminales con la idea de transformarlos y redimirlos en buenas personas. Otra causa tiene que ver con instintos casi maternales, de protección, de ayuda económica y otro factor, aunque menor, tiene que ver con la fama o para llamar la atención de los medios de comunicación.
Generalmente, las mujeres hibristófilas empiezan enviando cartas a los presos para visitarlos en prisión. Luego surge el romance y, con ello, una relación de adrenalina de poder-protección. Pueden sentir atracción con tan solo ver fotografías o conocer la historia en la cual los reos están implicados.
Un elemento primordial de estas relaciones amorosas, es justamente el hecho de que los hombres estén en la cárcel. Así las mujeres pueden rendirse ante la atracción por un hombre violento sabiendo que no están físicamente en peligro.
Hasta ahora, no hay estudios científicos que expliquen por qué esta parafilia ocurre más en mujeres que en hombres. Una de las razones es que la población carcelaria femenina y su notoriedad violenta mediática es menor en comparación con la población masculina.
Algunos casos de hibristofilia relacionadas con criminales famosos tienen que ver con Charles Manson, líder de una secta religiosa en la década de los años 70 quien ordenó el asesinato de 9 personas; el noruego Anders Breivik, quien asesinó 77 jóvenes en 2011; y el austriaco Josef Fritzi, quien cumple condena por el encierro y violación de su propia hija durante 25 años.
Estos tres criminales recibieron, al menos, cartas de amor de varias mujeres que se mostraron atraídas por su pasado delictivo.
Con información de BBC Mundo y culturizando.com
