En la actualidad el celular se ha convertido en un apéndice del cuerpo humano, sobre todo desde la llegada de los smartphones y las redes sociales.
Sin embargo, hay prácticas en las que hemos caído que pueden llegar a afectar la salud, como es el caso de dormir con los teléfonos debajo de la almohada.
El primer atenuante es que la recarga nocturna del teléfono bajo la almohada podría generar calor excesivo, y en casos extremos, explotar o desencadenar un incendio.
Algunos fabricantes de dispositivos móviles hacen la aclaratoria de que sus dispositivos tienen que estar lejos de las camas de las personas, pues debido a su fabricación y los materiales de las camas y almohadas, estos pueden recalentarse.
Esto se debe a que las baterías de iones litio que usan actualmente la mayoría de los dispositivos móviles son susceptibles a sobrecalentarse si se someten a condiciones adversas, como cuando están debajo de la almohada.
Otro de los riesgos se vincula con la calidad del sueño, según destaca el portal Mejor con Salud. Esto se debe a que la exposición constante a la luz azul emitida por las pantallas pueden interferir con la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño
Tener un smartphone debajo la almohada también aumenta la tentación de despertarse, ya sea porque llegan notificaciones o, simplemente para revisar las novedades. Esto genera menos descanso que el recomendado.
Aunado a eso, la constante conexión a través del celular puede ser un riesgo para la salud mental ya que puede devenir en trastornos de ansiedad y estrés, por la presión de responder inmediatamente los mensajes y estar «siempre disponible».
Por otra parte, el cuerpo también puede sufrir las consecuencias físicas porque la exposición prolongada a la radiación emitida por los teléfonos inteligentes pueden tener efectos negativos a largo plazo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, pese a que la evidencia científica aún no es concluyente, algunos estudios sugieren una relación entre la radiación del celular.
Para evitar todos los efectos perniciosos, lo recomendable es cargar el teléfono de manera segura, limitar la exposición a la luz de la pantalla antes de dormir y establecer límites para la conectividad nocturna.
