El presidente de Francia y aspirante a la reelección, Emmanuel Macron, y la representante de la ultraderecha Marine Le Pen avanzaron este domingo 10 de abril a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, según las estimaciones iniciales de las encuestadoras.
Esta es la segunda vez que ambos quedan cara a cara en unas elecciones presidenciales. La primera vez fue en 2017, cuando terminó como segunda en la primera vuelta de las elecciones con el 33,9 %.
Marine Le Pen, quien apunta 23,3% de las votaciones frente a Macron con 28,1%, es hija de Jean-Marie Le Pen, fundador del partido ultraderechista Frente Nacional, que ahora ella lidera.
Es madre de tres hijos. Estudió Derecho y luego, en 1998, fue asesora jurídica del partido de su padre. Fue legisladora del Parlamento Europeo y luego parlamentaria en Francia.
En 2011 asumió la presidencia del partido y fue capaz de remodelar el partido como deseaba, según propias declaraciones, alejándolo de la idea extremista que mostraba.
En 2012, ocupó el tercer lugar en las elecciones presidenciales con el 17,9 % de los votos, detrás de Francois Hollande y Nicolas Sarkozy.
El 7 de mayo de 2017, perdió después de recibir aproximadamente el 33,9 % de los votos en la segunda vuelta. En 2020, anunció su tercera candidatura a la presidencia en las elecciones de 2022.
La propuesta
La candidata asegura que su propuesta es más rentable que la de Macron, además ha dicho a los medios de comunicación durante la campaña que sus propuestas son de índole social y no empresarial como las del actual Presidente.
Le Pen apuesta por aumentar el apoyo a las empresas y "devolver dinero a los franceses" con reducciones de IVA y a las contribuciones de Francia al presupuesto común de la Unión Europea, refiere France24.
“Las políticas que quiero implementar no están destinadas a los mercados bursátiles, lo que será un cambio respecto a Emmanuel Macron".
Entre las medidas prioritarias de la ultraderechista está la bajada de los impuestos a la energía de un 20% a un 5,5% para "dar oxígeno a los franceses".
En materia de seguridad su propuesta pasa por el establecimiento de la legítima defensa para los agentes de las fuerzas del orden, la inscripción de los acosadores callejeros en el fichero de delincuentes sexuales, la creación de 25.000 nuevas plazas de prisión para 2027, la eliminación de la posibilidad de reducir las penas de cárcel, el establecimiento de penas mínimas y la multiplicación del número de magistrados.
La migración es otro de los puntos que pone a los franceses a decidir. Marine Le Pen mantiene su postura de mano dura y lleva en su programa electoral la organización de un referendo sobre un proyecto de ley para incluir en la Constitución el control de la inmigración, la prioridad nacional y la primacía del derecho francés frente al internacional y el europeo.
La candidata apuesta por el restablecimiento del delito de estancia ilegal y quiere obligar a los funcionarios a denunciar la presencia de migrantes irregulares.
También quiere impulsar la supresión del permiso de residencia para aquellos extranjeros que no hayan trabajado en el último año y quiere reservar las ayudas sociales a los franceses, así como condicionar los subsidios de solidaridad a que los inmigrantes lleven al menos 5 años trabajando en el país.
En su programa ha anunciado la eliminación a las subvenciones a las “energías intermitentes”, al relanzamiento de los sectores hidroeléctrico y nuclear, así como a fortalecer la inversión en hidrógeno.
También quiere paralizar los proyectos relacionados con la energía eólica y pretende desmantelar progresivamente todos los parques existentes en la actualidad.
En el pasado ha asegurado que ni el sol ni el viento son energías renovables. “Son intermitentes, cuando el viento no sopla no se mueven las turbinas, y cuando es de noche no se capta energía solar”, dijo en una entrevista en diciembre de 2021 al portal etcetera.com.
