En varios países se ha extendido la creencia de que el alcohol fomenta las relaciones sexuales, sin embargo la realidad dista mucho de lo que estas concepciones pregonan.
En realidad el consumo de alcohol interfiere en la respuesta psíquica y física a la excitación sexual dificultando las relaciones, y en el caso de los hombres, a la capacidad de tener una erección.
Los especialistas en salud sexual masculina del Boston Medical Group explicaron que si bien es cierto que el consumo de menos de dos copas puede servir como estímulo del apetito sexual, su exceso puede dificultar las relaciones sexuales.
El alcohol interfiere en la capacidad de mantener una erección adecuada provocando trastornos en los mecanismos de la erección, lo que puede conducir al desarrollo de disfunción eréctil en un futuro.
De acuerdo a los especialistas de este centro médico, más de la mitad de los varones menores de 50 años tienen problemas de erección en estado de embriaguez, y la disfunción eréctil podría llegar a ser crónica en el caso de los alcohólicos.
Además, esto desemboca en una sensación de fracaso para el hombre, que podría empezar a desarrollar sentimientos de ansiedad que dificultan la respuesta de la excitación en el siguiente encuentro sexual.
Este problema se puede agravar si se convierte en un circulo vicioso, y si una persona que ya tiene un precedente de disfunción eréctil consume alcohol de forma recurrente, podría desarrollar impotencia permanente.
«El alcohol retarda, distorsiona y enlentece la percepción y respuesta de nuestros sentidos, como reflejos, visión o audición; y, dentro de estas respuestas, también se encuentra la respuesta sexual», señaló José Benítez, director médico de Boston Medical Group.
Los especialistas sostienen que el consumo de bebidas alcohólicas inhibe el buen funcionamiento del sistema nervioso central, por lo que si no se produce una correcta comunicación entre los estímulos, en el cerebro y el sistema circulatorio, se entorpece la llegada de la sangre al pene, dificultando la penetración en el coito.
De acuerdo a las estadísticas del Boston Medical Group, el 71% de los hombres menores de 56 años que consumen alcohol de forma frecuente padecen disfunción eréctil o falta de deseo sexual.
Finalmente, Benítez advierte que a la larga este estilo de vida tendrá consecuencias negativas en el correcto funcionamiento de otros órganos ya que en ocasiones la disfunción es el primer síntoma de otras enfermedades.