Luján Mere, una experimentada limpiadora con 30 años en el rubro, enfrentaba una lucha constante contra su obsesión por la limpieza, reconocida como un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Esta condición no solo afectaba su vida personal, sino que también impactaba en sus relaciones y trabajo. Sin embargo, decidió enfrentar su problema y comenzó un tratamiento que le permitió canalizar su experiencia hacia una labor especializada: la limpieza de hogares de acumuladores compulsivos.
Con el respaldo de su psicóloga, Luján redirigió su enfoque laboral hacia este desafiante campo, donde encontró una creciente demanda de personas atrapadas en un ciclo de acumulación patológica. Su compromiso y dedicación la llevaron a ganar reconocimiento en este ámbito, atrayendo clientes tanto por su habilidad técnica como por su enfoque comprensivo y no invasivo.
A través de su emprendimiento, Luján no solo brinda un servicio de limpieza, sino que también actúa como un apoyo emocional para los acumuladores compulsivos, ayudándoles a liberarse del desorden y encontrar un camino hacia una vida más ordenada y saludable.
Además, se ha convertido en una voz que aboga por la conciencia y la prevención de este tipo de trastornos, destacando la necesidad de educación y apoyo comunitario.
Aunque enfrenta desafíos significativos en su labor, desde enfrentarse a condiciones insalubres hasta la falta de recursos para algunos clientes, Luján sigue adelante con su misión, impulsada por la satisfacción de ver el impacto positivo que genera en las vidas de aquellos a quienes ayuda a superar esta difícil situación. Su compromiso con su trabajo va más allá de lo puramente profesional, reflejando un profundo sentido de empatía y solidaridad hacia quienes luchan contra el trastorno de acumulación compulsiva.