La más reciente venta de tokens no fungibles o NFT –este fin de semana- fue un desastre de principio a fin.
Según analistas, la colección de arte digital conocida como Bored Ape Yacht Club (unos dibujos de simios creados hace un año por un cuarteto de misteriosos entusiastas de las criptomonedas) “contaminaron el mundo digital con errores, estafas y especulación”.
La enorme demanda este fin de semana sobrecargó Ethereum (la cadena de bloques de código abierto que alberga la criptomoneda ether y que se desarrolló para ser un criptosistema más capaz que Bitcoin).
Los fallos de esta tecnología llevaron a miles de personas a pagar unos 180 millones de dólares en total por las comisiones de las transacciones.
Al parecer, algunos pagaron más en comisiones que lo que pagaron por el NFT.
De hecho, hubo quienes pagaron elevadas comisiones de transacción y sus compras fracasaron por razones desconocidas. Otros cientos aseguraron ser víctimas de hackeo y phishing.
Pero no todo fueron pérdidas. Yuga Labs -la empresa emergente que fabrica los Bored Apes- generó al menos $320 millones en ventas por vender parcelas de “tierra” en Otherside, un mundo virtual que podría lanzarse pronto.
No es un dato menor que hasta el jueves de la semana pasada, el NFT de Bored Ape más barato disponible se vendía por $340 mil.
Pero el año pasado, un NFT de un mono aburrido con pelaje dorado, se subastó en Sotheby 's por 3,4 millones de dólares.
A pesar de lo sucedido, los entusiastas aseguran que los NFT han llegado para revolucionar el sector digital ofreciendo la posibilidad de representar objetos únicos e irrepetibles dentro de la blockchain.
“Las posibilidades son infinitas y esto es solo el comienzo de un nuevo método de compra-venta de todo tipo de activos”, dicen.