Un terremoto de magnitud 7,3 sacudió este martes el norte de la isla de Luzón, la más poblada de Filipinas y donde se asienta la capital; hasta el momento se reportan 4 personas fallecidas y más de 60 heridos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que registra la actividad sísmica en todo el mundo, aseguró que el epicentro del movimiento telúrico se produjo a diez kilómetros de profundidad, es decir a 12 kilómetros al este de la población de Dolores, que tiene un poco más de 32.000 habitantes.
Debido a la gravedad del sismo, el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres emitió una alerta de emergencia extrema.
Las zonas más afectadas son la capital y la zona montañosa de Abra, donde los medios locales han mostrado casas y edificios de todo tipo derrumbados.
"El suelo ha temblado como si estuviera en un columpio y las luces se han apagado de repente. Hemos salido corriendo de la oficina, he escuchado gritos y algunos de mis compañeros lloraban”, dijo a AP Michael Brillantes, un guardia de seguridad de Lagangilang.
El nuevo presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., que asumió el cargo hace menos de un mes, planea viajar a Abra para reunirse con las víctimas y funcionarios locales.
Filipinas se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona que acumula alrededor del 90% de la actividad sísmica y volcánica del mundo, y que es sacudida por unos 7.000 temblores al año, la mayoría moderados.
Al menos treinta carreteras están afectadas y más de 150 edificios históricos.
En la ciudad de Vigan, situada a unos 400 kilómetros al norte de Manila y a unos 45 kilómetros del epicentro del terremoto, la catedral, que data del siglo XVI, de la época colonial española, sufrió daños importantes en su fachada, según información de EFE.