Los gobiernos de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC) acordaron una declaración de mínimos sobre la agresión rusa: con la oposición de Nicaragua, pactaron un texto que constata la “profunda preocupación” por la “guerra en curso contra Ucrania” pero sin mencionar ni condenar explícitamente al Kremlin.
Los países latinoamericanos simplemente no consideraban “útil” abordar este asunto aunque para el bloque europeo, incluir un párrafo sobre la situación en Ucrania era una “cuestión de principios”.
El documento final también reafirma el apoyo a la iniciativa de exportación de grano y los esfuerzos del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por prorrogar el acuerdo de exportación de cereales ucranianos a través del Mar Negro, al que Rusia decidió poner fin este pasado lunes.
La declaración pone el acento en la necesidad de lograr una “paz justa y duradera”, en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas.
“Lo importante es que todos los Estados miembros de la UE están alineados y todos los países de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe también, excepto Nicaragua”, resumió el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, resaltó que “todos queremos que esta guerra termine” y que haya una “paz justa y duradera”.
La declaración final también pide el fin del bloqueo de Estados Unidos a Cuba, menciona las crisis de Haití y Venezuela y lamenta el sufrimiento cometido como resultado del comercio de esclavos a través del Atlántico.
Ambos bloques se comprometieron a celebrar cumbres de forma bianual. Para este fin, crearán un mecanismo de coordinación.
La Cumbre de jefes de estado UE-CELAC dio un aire de esperanza a las relaciones transatlánticas al establecer una nueva agenda de inversiones de 45.000 millones de euros hasta el 2027 para sectores clave como la transición verde, la transformación digital o el desarrollo humano.