Danny Baker nació mujer, pero desde muy joven libró una batalla personal para reivindicar su verdadera identidad como hombre. Ahora, a sus 36 años, ha encontrado en el boxeo un espacio que le permite crecer y sentirse acogido.
«En mi vida de adolescente no sabía quién o qué era. Simplemente sabía que era diferente. Me gustaban las chicas pero sabía que no era lesbiana. Yo era un hombre y a medida que iba creciendo seguía ese camino», afirma Baker en una entrevista con EPA Images.
A los 21 años, Baker comprendió con absoluta certeza que el género con el que nació no coincidía con su identidad. Desconocía la existencia de los transexuales hasta que vio un documental en televisión.
Luchas y redención
Baker enfrentó muchos desafíos en su juventud. «Cuando era joven, los problemas que tenía no se abordaban. Me volví un poco loco y terminé en prisión 13 veces antes de cumplir los 25. Fui a la cárcel por peleas insignificantes y por incumplimiento de las órdenes de libertad condicional. Era un niño que estaba un poco perdido, pero ya no lo estoy», asegura.
El boxeo ha jugado un papel crucial en su transformación. «El boxeo me ha salvado la vida. Me da un motivo para levantarme, rutina, buena alimentación, habilidades sociales, vínculos con el entrenador y mi familia. Me ha dado una familia, algo que no había tenido antes«, afirma.
Mentoría y disciplina
Baker entrena bajo la dirección de Steve Kipps en el Sparta Gym de Chingford, al norte de Londres. Kipps se ha convertido en un mentor para él. «En el boxeo no puedes tomar atajos o te castigarán. Es todo o nada», explica Kipps, quien resalta la disciplina como una cualidad que se puede incorporar a la vida.
A pesar de encontrar aceptación en el boxeo, Baker aún enfrenta barreras en el ámbito deportivo y en la sociedad. Según el Ministerio del Interior británico, los delitos de odio contra personas transgénero aumentaron un 11% en Inglaterra y Gales el año pasado, totalizando 4.732 incidentes. Además, muchas disciplinas deportivas imponen restricciones o prohibiciones a los atletas trans.
El futuro del boxeo trans
Actualmente, tanto el boxeo amateur como el profesional no permiten la participación de boxeadores trans. «No está permitido en las reglas y las autoridades no lo van a permitir», dice Kipps. Sin embargo, Kipps es optimista y espera que, con el tiempo, las personas trans lograrán tener los mismos derechos.
«Danny será un pionero y no veo por qué dentro de 10 años no podremos tener boxeadores trans», añade.
Inspirando a la próxima generación
El papel de Baker ha inspirado a varios jóvenes trans. Uno de ellos es Vinny Oakey, un chico de 15 años que nació mujer pero se identifica como hombre. «Vivo en Portsmouth pero no hay gimnasios que me acepten porque soy trans. Me levanto a las 6:30 todos los sábados con mis padres y venimos a Londres para entrenar», cuenta Oakey.
Kipps ha organizado sesiones de formación independientes para jóvenes trans los sábados por la mañana, fomentando la participación sin etiquetas ni restricciones. «Estamos tratando de apoyar a las personas trans más jóvenes para demostrarles que son importantes. Me cerraron la puerta cuando era niño y eso me envió a prisión. Quiero evitar que la gente pase por momentos negativos y apoyarla. Sólo quiero que sean felices», concluye Baker.
El camino de Danny Baker no solo ha sido una lucha personal por su identidad, sino también un esfuerzo por abrir puertas y cambiar percepciones, ofreciendo un ejemplo y una esperanza para futuras generaciones de atletas trans.