El Departamento de Justicia presentó una solicitud a una jueza el jueves pasado para que rechace los intentos de Donald Trump de aplazar su juicio por retención de documentos clasificados. Los fiscales federales argumentaron que no existen bases válidas para demorar indefinidamente el proceso, como pretenden los abogados del exmandatario.
El mes pasado, los fiscales propusieron una fecha de juicio para el 11 de diciembre contra Trump, quien enfrenta 37 cargos por delitos graves relacionados con el manejo indebido de documentos clasificados en su finca de Mar-a-Lago. Sin embargo, la fecha definitiva será establecida por la jueza a cargo del caso.
Los abogados de Trump respondieron esta semana solicitando un aplazamiento indefinido, sin proponer una fecha específica. Argumentaron que el caso involucraba nuevos aspectos legales y que sería «irrazonable» proceder con un juicio en los próximos seis meses, ya que podría resultar en un error judicial.
El equipo del fiscal especial Jack Smith respondió el jueves a esta solicitud, pidiendo a la jueza federal Aileen Cannon que no posponga el inicio del juicio más allá de la fecha de diciembre recomendada. Argumentaron que ninguno de los argumentos planteados por la defensa justificaba posponer el juicio.
Señalaron que ya habían entregado una cantidad significativa de evidencia, incluyendo transcripciones del jurado investigador y declaraciones de testigos no clasificadas. Además, mencionaron que presentarían declaraciones adicionales de testigos en la próxima semana, basadas en entrevistas realizadas hasta el 23 de junio, dos semanas después de que se presentaron los cargos formales.
Aunque los abogados de la defensa habían afirmado que necesitaban un aplazamiento porque no habían recibido pruebas clasificadas, los fiscales destacaron que hasta el jueves en la tarde, solo dos de los abogados registrados habían solicitado autorización de seguridad para acceder a dichas pruebas.
Posteriormente, los abogados de Trump presentaron un documento en el que afirmaban que la defensa había completado todas las tareas pendientes para obtener las autorizaciones de seguridad requeridas, con una excepción.
La defensa también argumentó que la programación del juicio debería tener en cuenta la ocupada agenda de campaña de Trump en busca de la nominación presidencial republicana para el 2024. Sin embargo, los fiscales afirmaron que esto tampoco era motivo suficiente para posponer indefinidamente el juicio, ya que muchos acusados tienen trabajos demandantes que requieren una considerable cantidad de tiempo y energía, o implican una cantidad significativa de viajes.
El Departamento de Justicia también rechazó la afirmación de que sería imposible seleccionar a un jurado imparcial antes de las elecciones.
