Científicos de Missouri y Carolina del Norte informaron que tras investigar datos de 32.094 pacientes europeos determinaron que «existen asociaciones entre el comportamiento de fumar y un menor volumen cerebral total y volúmenes de materia gris y blanca».
De esta manera, «la ciencia descubre un nuevo efecto mortal del cigarrillo contra el cerebro», explicaron las agencias sobre el nuevo e impactante efecto secundario del consumo de tabaco.
En el estudio publicado en la revista Biological Psychiatry: Global Open Science queda una pregunta importante sobre si estas asociaciones representan características predisponentes para el riesgo de desarrollar tabaquismo o son consecuencias del tabaquismo.
Los científicos utilizaron los datos del Biobanco del Reino Unido y analizaron los comportamientos de salud, escáneres cerebrales y factores de riesgo genéticos. Todo esto antes de iniciar los análisis estadísticos para intentar establecer si fumar todos los días conducía a una reducción del volumen cerebral con el tiempo.
Según Laura J. Bierut, profesora de psiquiatría, «hasta hace poco, los científicos habían pasado por alto los efectos del tabaquismo en el cerebro, en parte porque estábamos centrados en todos los terribles efectos del tabaquismo en los pulmones y el corazón».
Del mismo modo, existen estudios que han determinado que la genética es un factor a considerar y que tanto el tamaño del cerebro como el hábito de fumar son hereditarios.
Se considera que la mitad de la probabilidad de que una persona fume se puede atribuir a sus genes.