Los fuertes nexos familiares y de amistad, la fe, una cultura que invita a pertenecer y sí, el clima cálido que reina en la mayoría de los países, son algunas de las razones que hacen a los latinoamericanos tan felices, y a ser los promotores del Día Mundial de la Alegría, la fiesta que buscar sacar sonrisas.
Este día que se celebra cada primero de agosto, para promover y darle realce a los sentimientos positivos por encima de los problemas del mundo, nació como propuesta del colombiano Alfonso Becerra, durante un congreso al que asistía en Chile.
Los países que adoptaron la iniciativa con más entusiasmo fueron Venezuela, México, Colombia, Chile, Argentina, Honduras y Bolivia, sin embargo se fue extendiendo por otras naciones a partir del 2012.
Alegría latina
Los latinoamericanos son sin duda personas alegres, a pesar de vivir en un continente convulsionado, donde los problemas económicos y sociales están a la orden del día. ¿Las razones? son varias.
La afirmación no es subjetiva, ya que en los informes Mundiales de la Felicidad de los últimos años, ubican siempre a los latinos entre los primeros lugares del ranking, pese a las circunstancias que lo rodean, como se detalla enun documento de la Organización de Naciones Unidas, sobre el desarrollo de objetivos sostenibles para América Latina.
Para Mariano Rojas, autor del capítulo Felicidad de la organización, “sería un gran error asumir que los problemas sobrepasan las vidas diarias de los latinoamericanos”, pero consideró que tampoco se puede negar que de alguna forma las situaciones sociales y económicas, sí influyen en cómo se sienten.
“El dinero no compra la felicidad”
Para Rojas el secreto es “La abundancia y la calidad de relaciones cercanas, cálidas y genuinas”, lo que coincide con un análisis realizado por la web minilatam.com, donde resaltan que “La amistad, la familia e incluso las creencias, son factores importantísimos que logran que a pesar de los problemas económicos y sociales que existen en América Latina, la gente sea muy feliz”.
Esto se explica desde el punto de vista psicológico, que expone que tener una red de apoyo aporta alivio, seguridad y calma en momentos de estrés, ayudando a sobrepasar la negatividad y el caos, además de dar sentido de pertenencia.
Decir que la fe es también determinante, no es exagerar. Isabel Serrano Rosa, escribió en un artículo publicado por elmundo.es que “Las personas que poseen un sentido de trascendencia gozan de una mayor fortaleza a la hora de afrontar los retos y dar sentido a sus vidas”, lo que podría ser compatible con un continente con gran presencia católica y otras corrientes cristianas, que creen en la vida después de la muerte.
El clima es otro de los factores. No contar con temperaturas extremas de frío en muchos de los países latinoamericanos, promueve el fortalecimiento de las relaciones, al poder disfrutar más tiempo en lugares al aire libre, sin contar que las horas de luz se extienden.
Lo cierto es que, a pesar de todo lo malo que se pueda atravesar, parece que la receta para la felicidad está más que clara: tener amigos, amar a la familia, disfrutar del sol y creer.
