Cada primero de marzo, desde el 2014, se celebre el Día de la Cero Discriminación, proclamada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de erradicar la discriminación, así como promover el derecho de las personas a vivir una vida plena y productiva con dignidad.
La actividad de concienciación se hace en colaboración con el Programa Conjunto de la ONU sobre el VIH/SIDA (Onusida), bajo el lema “Despenalizar salva vidas”.
Según una publicación del máximo organismo internacional, la conmemoración de este año pone de manifiesto cómo la despenalización de los grupos de población clave y de las personas que viven con el VIH salva vidas, y contribuye a avanzar hacia el fin de esta enfermedad.
A pesar de que existen legislaciones en varias naciones que están destinados a los grupos de población clave y a las personas que viven con el VIH, en algunos casos violan sus derechos humanos al sufrir la estigmatización de la que se enfrentan diariamente, así como, los obstáculos por los que tienen que pasar para recibir a los servicios que necesitan para proteger su salud.
En el año 2021, la Onusida estableció metas globales para impulsar cambios en materia legislativa, para derogar las leyes que debilitan la respuesta al VIH, pero a pesar de algunos avances, el organismo afirma que aún queda mucho.
Actualmente 134 países penalizan o persiguen la exposición, ocultación o transmisión del VIH, 20 naciones persiguen a las personas transgénero, 153 penalizan al menos un aspecto del trabajo sexual, y 67 Estados penalizan relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
Además 48 territorios continúan imponiendo restricciones de entrada en su territorio con personas que tengan VIH, 53 exigen la realización de pruebas del VIH para obtener certificados de matrimonio o para ejercer determinadas profesiones, entre otras razones y 106 declaran que para que los adolescentes puedan acceder a las pruebas del VIH, se requiere el consentimiento paterno.
Estos datos desalentadores impulsan la discriminación y las desigualdades estructurales, y le arrebatan a las personas la esperanza de disfrutar de una vida sana y plena, puntualiza el organismo.
La discriminación afecta a millones de personas cada día y constituye una violación a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, que establece que nadie tiene la potestad de arrebatarle esos derechos a otros individuos, mucho menos por su raza, género, preferencia sexual, creencias religiosas o limitación cognitiva, entre otros.
Ante esta situación, la Onusida insta a los gobiernos a que establezcan políticas efectivas para un mundo con mayor igualdad, equidad, inclusión y desarrollo para todas las personas.
