Desde 1992 se celebra el 6 de mayo, el Día Internacional Sin Dietas, para concientizar sobre la importancia de aceptar nuestro cuerpo y no someterlo a peligrosas dietas o regímenes alimenticios que pudieran generarnos trastornos perjudiciales a la salud.
Mary Evans Young, fue quien planteó la iniciativa. La activista británica defensora de los derechos de la mujer decidió emprender una lucha en contra de la industria de productos dietéticos tras haber sufrido anorexia.
“Entré en acción tras haber visto un programa de televisión en el que las mujeres se hacían intervenciones quirúrgicas para bajar de peso. Lo decidí cuando me enteré que una chica de 15 años se había suicidado porque le tomaron el pelo precisamente a raíz de su peso”, señaló Evans.
Uno de los objetivos de Evans era demostrar la ineficacia de los productos dietéticos comerciales ya que su finalidad es restringir la ingesta de nutrientes y energía por debajo de lo que requiere el cuerpo.
Una de las tareas consistió en promover la aceptación del peso que uno tiene y hacer un trabajo de sensibilización en contra de la discriminación por el peso.
Otro aspecto destacado de la jornada consiste en alertar sobre los graves peligros de los trastornos alimenticios, como la anorexia, que afecta aproximadamente al 1% de las mujeres entre 15 y 24 años, y la bulimia, que afecta del 2 al 4%.
«Lo que queremos es alentar a la gente para que lleve un estilo de vida saludable, sin la obsesión no solamente por su peso sino por las medidas de la ropa que usa», indicó el National Center for Eating Disorders de Canadá.