El día mundial del folklore se celebra cada 22 de agosto, fecha que busca valorizar la identidad de la cultura artística de los pueblos y que está dedicada a las tradiciones culturales del mundo.
En 1960, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró esta fecha en reconocimiento al arqueólogo inglés, William John Thoms, quien acuñó el término ese mismo día, pero en 1846.
El término proviene de la conjunción entre la palabra anglosajona folk, que significa pueblo, y lore significa saber o ciencia. Thoms quería sustituir y simplificar lo que, en Inglaterra, venían llamándose “antigüedades populares” o “literatura popular”.
El folklore es el conjunto de costumbres y de tradiciones que pertenecen e identifican a una cultura. En un concepto más amplio, destaca las expresiones culturales que se transmiten de generación en generación, como la literatura, el arte, la historia, los mitos, las festividades, entre otros.
Este día se celebra en todos los países que consideren revalorizar e incluir este día como parte de su agenda.
El folklore es considerado Patrimonio Cultural Intangible, ya que está conformado por manifestaciones artísticas que no se pueden palpar, sólo admirar durante el momento que se lleva a cabo y se representa en tres puntos.
*Material: referida a los objetos físicos que identifican a una cultura, tales como artesanías, obras de arte, arquitectura.
*Verbal: relacionada con los dichos, expresiones, fábulas, historias narradas y canciones transmitidas generacionalmente.
*Costumbres: estipulado por hábitos de vestimenta, culinarios, actividades de ocio y arte popular.
Con el pasar del tiempo, se han determinado diversos criterios para hacer referencia al folklore, dado que no todas las manifestaciones populares pueden ser consideradas como folklore, pues también existen la cultura popular y las tradiciones vivas de un pueblo, por ejemplo.
Sin embargo, con el avance de la tecnología y la vida globalizada el folklore se ha adoptado a nuevas costumbres que trascienden las modas y pasan a ser representativas de la nueva organización de la sociedad, es decir, de su identidad.
